El lanzamiento de las detonaciones nucleares atentó contra el derecho humano a la vida y la salud de estos pobladores. Foto: Archivo
Los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, un crimen de lesa humanidad
El lanzamiento de las detonaciones nucleares atentó contra el derecho humano a la vida y la salud de estos pobladores. Foto: Archivo
En la mañana del 6 de agosto de 1945, un avión estadounidense invade el espacio aéreo de la ciudad japonesa de Hiroshima detonando una bomba atómica.
Justo a las 8:15 de la mañana, una nube en forma de hongo cubrió la ciudadela y una luz cegadora en forma de relámpago. Al mismo tiempo se sintió un estruendo y después un silencio sepulcral.
Tan solo a tres días del devastador ataque, la población de Nagasaki fue bombardeada también, produciéndose un gran incendio que arrasó con todo. Las bombas de fusión y fisión radioactiva destruyeron parte de Japón, dejando un saldo de alrededor de 80 mil muertos y heridos.
Los Estados Unidos buscaban dar un inolvidable escarmiento a los japoneses con la explosión de esta arma letal, obligarlos a rendirse y finalizar la Segunda Guerra Mundial. El lanzamiento de las detonaciones nucleares atentó contra el derecho humano a la vida y la salud de estos pobladores.
Hasta nuestros días siguen naciendo niños con deformaciones y cáncer debido a estos lamentables sucesos. Los efectos secundarios de estos estallidos permanecieron por años y aún están presentes en la población.
Además, el agua, aire y tierra se contaminaron con las secuelas radioactivas, enfermando por décadas a quienes bebieran o se alimentaran con productos de la zona. Estos sucesos representan unas de las horrendas páginas de exterminio masivo a escala mundial.
Cuando se cumple 78 años de los bombardeos a Hiroshima y Nagasaki la comunidad internacional cultivadora de la paz y de estrechar lazos cordiales entre naciones, repudia unánimemente estos lamentables sucesos.
