José Antonio Echeverría continúa presente entre los jóvenes cubanos
El legado imperecedero de José Antonio Echeverría Bianchi, está presente en cada joven revolucionario de estos tiempos, que no renunciará jamás a los ideales de la Generación del Centenario.
El primogénito del matrimonio de Antonio Jesús Echeverría González y Concepción Bianchi Tristán, continúa siendo símbolo de rebeldía, patriotismo e ímpetu revolucionario para los jóvenes cubanos.
Su niñez transitó en Cárdenas, Matanzas. En esta misma ciudad cursó los primeros estudios, practicó diversos deportes y se inició en el estudio de las bellas artes.
Una vez graduado de Bachiller en Ciencias, se trasladó a la capital e ingresó en la Universidad de La Habana donde matriculó en la carrera de Arquitectura y se consolidó como dirigente estudiantil.
Sus ideales de hacer justicia forjaron una personalidad con excepcionales condiciones de líder que lo impulsaron a lanzarse a la causa revolucionaria, a ganarse la confianza de sus seguidores y escribir una de las páginas más gloriosas de la historia Patria.
Como fiel continuador de la impronta de Julio Antonio Mella y Antonio Guiteras integró las filas de la Federación Estudiantil Universitaria, fundó junto a otros compañeros el Directorio Revolucionario, para combatir la tiranía de Fulgencio Batista.
De aquel intrépido y vivaz niño quedaba en Echeverría su ímpetu de marcar las sendas del triunfo y trazar el camino hacia la libertad con su sangre revolucionaria.
Un inolvidable 13 de marzo de 1957, para darle seguimiento a lo pactado en la Carta de México, el valiente héroe, luego de la Toma de Radio Reloj se dirigía a la Universidad cuando resultó interceptado por un vehículo policial y se batió con ellos como hacen los titanes, hasta dar su último aliento por una causa justa, la independencia de su país.
Por eso cuando cada 16 de julio se conmemora un aniversario más del natalicio de José Antonio Echeverría, la juventud cubana rinde un merecido tributo a este valioso joven que con hidalguía combatió al tirano en su propia madriguera.