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Jóvenes vs COVID19: un beso grande

Joven protagonista |
05 de Mayo de 2020 / 6:15 pm
Grupo de primeros voluntarios UCI junto a personal de salud en el Centro de Aislamiento

Seguimos escribiendo de madrugada querido diario, la jornada comienza bien temprano.

Ayer en la noche llegaron los resultados del PCR que se realizó el martes, por tal motivo hoy sábado va a ser un día feliz para muchas personas. De las 60 muestras que fueron analizadas, resultó positiva solo una, y esto, menos para esa persona y su familia, para el resto es motivo de felicidad.

Como en la crónica de ayer hice referencia a momentos duros y tristes, hoy contaré marcas que nos dan alegría y nos dicen: valió, vale y valdrá la pena el esfuerzo realizado, con el permiso del profesor Calviño.

Antes de dormir una persona especial me dijo: “Estoy orgullosa de ti, un beso grande a ti y a todos los jóvenes que están en esta batalla.”
Yo espero poder transmitir ese mensaje y, en algún momento cuando todo esto pase, poder recibir ese beso.

Bitácora del día

Este día comenzamos con las energías cargadas. En la madrugada no se llenó la manzana de edificios número 23, por lo cual hoy continuarán llegando personas. Nos informan que son de los municipios de Guanabacoa y San Miguel del Padrón; estamos preparados para darles las mejores de las atenciones. Ya superamos los 600 pacientes totales y las 150 altas, gracias en gran medida a que hoy sábado, salieron bien temprano todos los pacientes cuyos PCR fueron negativos y pasan a una cuarentena en casa por 14 días.

Las tropas se han estabilizado en 83 personas y las cifras siguen en 43 sanitarios y 40 voluntarios de apoyo.

Lo más relevante del día fueron las salidas masivas. Fue reconfortante ver que las personas nos identificaban (al personal que los atiende) como su familia y nos gritaban que nos cuidáramos y que estuviéramos sanos.

La batalla continúa y en este día seguimos contando historias.

Marcas del día.

Apoyo de todos:

Este sábado tuvimos que trabajar duro. Luego de realizar las acostumbradas labores, nos dedicamos a hacer tareas extras. Con estos récords de temperatura, hemos sudado mucho los trajes de protección, al punto de tener que cambiarlos más de una vez al día.

El nasobuco cada dos horas es sustituido, y tenemos en nuestra fuerza de voluntad, el mejor impulso para seguir trabajando.

Hoy me ha impresionado sobremanera cómo se necesita el apoyo milimétrico y coordinado de todos para que la labor salga bien.

Si tenemos al mejor doctor y no tenemos buenas enfermeras, no hay una atención de calidad. Si los vigilantes epidemiológicos y el personal de servicio no hacen su trabajo con efectividad, se corre el riesgo de que algo falle y se echa a perder el esfuerzo de jornadas.

Luego de tanto trabajar durante el día, llega la tarde y subo al cuarto de Daimy, madre de una niña de 13 años que le acompaña. Su esposo fue positivo hace una semana ya. 

A ella, sus compañeros de recursos humanos de servicios aeroportuarios le han mandado muchos saludos y muchos mensajes. Esposa de un oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, no deja de darme las gracias y decirme: “Gracias Joven, por tu apoyo, por el apoyo de esta Revolución”. Pero yo no puedo dejar que se me atribuya ese mérito y le respondo: “No es el apoyo mío, es el apoyo de todos”.

Súmame a la causa.

Observó mi foto en internet, un amigo en común la publicó, y aunque nada más que se me ven los ojos, se dieron cuenta porque decía la publicación que era en la UCI, y si era en la UCI, los jóvenes como yo, iban a dar el paso al frente.

Me escribió con la ayuda de la tecnología y me dijo: 

- Oye, ¿por qué no me llevaste contigo? Me hubiese gustado estar aquí.
- Esto está difícil Laura, es un trabajo bien duro.
- No importa, yo quiero estar, súmame a la causa.

Bastó que le contara un poco de las bitácoras de días anteriores, que le dijera las emociones que había vivido hasta el momento, y esa joven no pudo evitar sentirse atrapada entre las cuatro paredes de su casa.

- Pero estar en casa es una forma eficiente de combatir el virus, le dije.
- Yo no quiero quedarme en casa, no soy de esas. Yo quiero aportar, no puedo quedarme sin ayudar a mi país.

Fue entonces que me di cuenta: lo que estábamos haciendo los nueve jóvenes de la UCI que empezamos y los once trabajadores de la salud, no había cambiado solo la vida de nosotros, también había cambiado la de muchas personas que nos conocían.

No era un simple gesto humanista, era el gesto que sumaba conciencia, que sumaba voluntades a la lucha. 

Esta prueba no falla.

El nuevo coronavirus ha sido tan contagioso y tan letal para el mundo, en buena medida porque no siempre se muestra de la misma manera, y nosotros desde la zona roja, nos hemos percatado de esto. Tenemos personas que, a tres días de haber tenido contacto con una persona infectada, ya comienzan a mostrar síntomas. Otras han pasado los catorce días asintomáticos y al realizarles la prueba, han resultado positivos. Por último, algunos, la mayoría, entre el séptimo y décimo día es que comienzan a sentir los síntomas.

Hoy nuestro centro de aislamiento realizó la no despreciable cifra de 200 pruebas PCR. En términos matemáticos, es la séptima parte de lo que se realizó en el país, y esto permitió dar tranquilidad a todos los pacientes asintomáticos que tenemos aislados.

En las próximas 48 a 72 horas estará el resultado. En la noche de hoy los jóvenes especialistas que realizan las pruebas no dormirán, pero en nuestro Centro de Aislamiento tendremos a 200 pacientes que esperarán una respuesta para saber si son positivos y se van para un centro hospitalario a recibir todos los tratamientos, o si son negativos y serán dados de alta. Es la cuarta vez que se realiza la prueba en lo que vamos de trabajo, y ya sabemos cómo son los procedimientos médicos.

Los pacientes, siguen con los mismos miedos, algunos piensan que los van a pinchar, cuando el PCR es una prueba en la cual lo que se hace es tomar una muestra de saliva o secreciones de la boca del paciente. Pero lo que siempre se repite es que todos los que se realicen la prueba, tendrán la tranquilidad. Y así nos lo dijo Roberto, un señor mayor de 67 años: “Estamos seguros, esta prueba no falla y esperamos salir sanos”.

Nosotros los jóvenes acompañamos a las enfermeras y especialistas a realizar la prueba. Se trasladaban con sumo rigor a través de las cuatro manzanas de edificios con pacientes, sin temor a contagiarse, debido a todas las medidas de seguridad. Pedían abrir la boca e introducían el bastoncillo, en ese gesto, daban una batalla segura contra la Covid-19.

Seguiremos en la pelea, este sábado es otro que la Covid-19 nos ha quitado de festejar, de salir a compartir con nuestras parejas, nuestros amigos, pero sé y estoy seguro, que ese beso grande que me deben, será dado junto a muchos abrazos cuando tengamos la oportunidad. Nos tomaremos un aire por todas las personas que no pudieron vencer la enfermedad, y jamás olvidaremos ese momento de la historia en el que nos enfrentamos los Jóvenes vs la Covid-19. 

Son muchos los momentos felices, pero este sábado, cuando recibimos frente al puesto de mando un enorme aplauso de los pacientes que en tres ómnibus salían de alta, fue enorme la gratificación. Es indescriptible el placer que se siente que te aplaudan por una labor que has hecho, y que esas personas que no te conocían, hoy te den todo su afecto sin haberte visto la cara, con solo conocer tus ojos. Seguimos cosechando emociones.

Nos vemos mañana diario.
 

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