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Surama Borges Zayas ha dedicado 20 años a la UCI, 18 de ellos a la secretaría docente con resultados sobresalientes. Foto: Osmel Batista Tamarit

Una educadora desde que se levanta hasta que se acuesta

Tania García Torres |
07 de Diciembre de 2024 / 8:00 am
Surama Borges Zayas ha dedicado 20 años a la UCI, 18 de ellos a la secretaría docente con resultados sobresalientes. Foto: Osmel Batista Tamarit

Surama Borges Zayas ha dedicado 20 años a la UCI, 18 de ellos a la secretaría docente con resultados sobresalientes. Foto: Osmel Batista Tamarit

El rastro de la aficionada al canto, el baile, el deporte y la enseñanza, creí haberlo perdido en el tiempo, pero hace apenas unos días lo divisé en esta Universidad.

En el área de Secretaría Docente de la Facultad de Informática Organizacional, hallé a la hormiguita laboriosa, como la describen sus colegas. Sumergida en papeles, registros, expedientes y entusiasmo, la encontré.

La Premio del Rector en 2016 en la categoría no docente sabe cuánto valor tiene el trabajo en equipo y así ve su logro como “un premio del colectivo no docente de la secretaria general”.

Según cuentan sus colegas y allegados su sinceridad y compañerismo resaltan como virtudes que permanecen invariables desde sus inicios en esta casa de altos estudios.

Si el Festival de Artistas Aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) a nivel de facultad, los Juegos Deportivos de Trabajadores, los Juegos Mella, los actos de graduación y el proceso de matrícula hablaran; reconocerían el compromiso, la alegría, el entusiasmo, el optimismo y la abnegación que la distinguen.

Hace seis años atrás -dirían en su lenguaje- posó como modelo de la obra artística Arte de Acción de Memes: “Expiación” la cual resultó Premio Plata; compitió en la disciplina de salto largo en atletismo -quizás fue corto, pero ahí estaba ella volando por los aires, por su facultad.

Cuando te enteras que en una clase de lectura de la Enseñanza Primaria bailó a ritmo de rumba y coreó con sus alumnos la canción La Lupe de Juan Almeida Bosque, no solo reparas en la enseñanza sino en la creatividad y amor de un maestro, así como lo descubres en tantos profesionales de esta institución. 

A cada instante esta profesional de la secretaría docente se aparece con una sorpresa o lección. Hace unos meses, no subió al pico Turquino, pero alcanzó un punto de altitud de admiración.

Tras 20 años en la UCI, decidió estudiar otra carrera. El programa de ciclo corto de Técnico Superior en Administración de Redes y Seguridad Informática de este centro, le dio esa oportunidad. Y se graduó junto a su hermana mayor, que desempeña los mismos roles en otra facultad.

“Creo, dijo, que mientras tenga vida, salud y deseos de aprender la edad no determina, es importante superarse no solo académicamente sino también en las labores que uno realiza, pues cada día se aprende algo nuevo, lo cual hace que seamos más profesionales y capaces.

“El haberme graduado de Administración de redes y seguridad informática me ha hecho conocer y entender mucho más las tecnologías y sus avances”.

Relevante resultó su trayectoria en el sector que le valió la Medalla por la Educación Cubana, además de sobresalir como Mejor Trabajadora no docente a nivel de facultad durante tres cursos consecutivos a escasos años de echar a andar esta Universidad.

Ante todo, Surama Borges Zayas es un ejemplo de educadora. La veo así, su devoción por los niños no viene de ahora. Fue en los albores del Período Especial en Cuba cuando resolvió abrazar el magisterio como su propio hijo que creció en el Pedagógico Salvador Allende.

“Me encantan los niños, me gusta enseñar y ver el fruto en el futuro. Considero que un buen educador desde que se levanta en casa, en el barrio o en el trabajo con tan solo los buenos días, hasta que se acuesta con las buenas noches, está realizando labor educativa. Esto les hace ser ejemplo ante todo el que los rodea”.

“Para educar a las nuevas generaciones el librito que uso tiene que ver mucho con lo que me caracteriza como persona. Primero ser sinceros, buenos compañeros y tratar con respeto a todas las personas.

“Ayudar, colaborar en lo que sea necesario y se pueda, siempre que la salud lo permita. Debemos ser entusiastas, cuidar y amar lo que tenemos, mantener la limpieza de nuestros docentes, apartamentos, saber comportarnos y vestirnos apropiadamente en todo momento. Creo que hay que ponerle amor y dedicación a cada una de las tareas. Esto nos hace ser mejores profesionales y personas”.

Borges Zayas es una líder de acción y de opinión. Y actúa con un sentido de la justicia que impresiona. Se le ha visto ponerlo en práctica en su devenir en el sector de Educación y en sus funciones de delegada de guagua de la Ruta Capri – Calabazar durante más de diez años.

Al repasar los 20 años que ha dedicado a la UCI, 18 de ellos a la secretaría docente con buenos resultados, aludió al inicio de curso como el proceso más difícil que enfrentan al igual que los momentos de cierre de períodos y graduaciones.

“En ese tiempo de inicio de curso llevamos tres procesos juntos que abarca la matrícula, los reingresos, altas de licencias extraordinarios, mundiales, traslados, cierre de promoción y revisión de matrícula inicial. Todo esto conlleva al llenado correcto de la documentación que corresponde.

“También los cierres de períodos son difíciles y las graduaciones que no deja de ser lo más agradable aun cuando incluye todos los elementos que conlleva antes, después y en el acto.

Al saber del reconocimiento que le dispensan por su trayectoria en el sector de la Educación agregó:

 “Estoy emocionada y agradecida. Siento mucho amor por mi profesión y la Universidad. La UCI es como una parte de mi vida, como el hijo que no tuve.

“Es un orgullo para mi formar parte de este proyecto tan inmenso ideado y creado por nuestro invicto Comandante Fidel Castro Ruz”.

Restan solo 12 días para que Surama viva otra vez la alegría de una graduación. Tras las jornadas de labor intensa, verá que sus muchachos terminan la carrera vestidos elegantes y emocionados. Y otra vez, escuchar el agradecimiento por la ayuda que les brindó o simplemente el oírlos decir: “Secre me gradué, terminé, ya soy Ingeniero”, la conmoverá, la hará danzar con sus muchachos como en sus tiempos de bailarina aficionada en la comparsa La Giraldilla.

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