El título a una eterna educadora
El poema Cultivo una rosa blanca, retumbó como inicio del acto en el Memorial José Martí de la Plaza de la Revolución, el mayor monumento dedicado al Héroe Nacional de Cuba, y que la tarde de este jueves, fue el espacio para elogiar la integridad de una gran mujer, la Dra. Rosa Alicia Vázquez Cedeño.
Por los innumerables premios en el ámbito académico, las publicaciones de libros y artículos, su participación destacada en eventos nacionales e internacionales, las distintas responsabilidades administrativas que le han hecho merecedora de diversos reconocimientos y distinciones como: la Medalla Hazaña Laboral de Consejo de Estado de la República de Cuba en 1998, Distinción por la educación cubana, Medalla Trabajador Internacionalista entregada en 1984, Medalla Rafael María de Mendive, Medalla de la Alfabetización , así como las tareas de carácter docente y metodológicas asumidas durante su trayectoria laboral y sus excelente resultados evaluativos como profesora, otorgó el Título Honorífico Profesor de Mérito la Rectora Dra. Miriam Nicado García en el ejercicio de las facultades que le son conferidas.
No es el reconocimiento en sí, es el sentimiento y la vibra que se respira en cada entrega de tan alta distinción, como describir las emociones a flor de piel que despierta cada palabra pronunciada en este acto que estuvo amenizado además, por los acordes musicales de Ana Martín, de la empresa de la Música Adolfo Guzmán.
“Honrar Honra”, fue la cita final en la intervención de la Dra. Sayda Coello González, profesora auxiliar de la UCI y amiga de la homenajeada, la frase de José Martí en un artículo de la Revista Venezolana dedicado a Don Miguel Peña sirve hoy para premiar grandes encomios.
Su amiga, que la describiera al inicio con las características de la flor de la cual lleva el nombre, culminó detallándola a la medida; Recta y sin medias tintas, defensora de su palabra y de su trabajo, incansable, con la frescura de sus años, experiencia acumulada, dando siempre lo mejor de sí, honra nuestra este acto de hoy, Rosa está entre los imprescindibles.
Acompañada de sus familiares y amigos, celebrando también este día la virtud de hace 40 años por haber dado a luz a su hijo, agradeció Rosa en su intervención a los allí presentes por su presencia. A tres mujeres importantísimas en su vida como fueron su abuela, madre y suegra que les permitieron con su apoyo ser hoy lo que es, a la UCI por haberle conferido tan alta calificación y a la Revolución de la cual expresó: soy un producto genuino e íntegro.
De mí nadie espere que persiga premios y glorias, prefiero ser esto que soy, una eterna educadora. Nuestro José Martí escribió que la gratitud como ciertas flores no se dan en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes. Creo que no he podido agradecer mejor este premio que entregándoles con estas palabras mi sentir como hija de la Revolución a la que siempre seré fiel mientras viva.
Citando a Martí también, en uno de sus discursos Maestros ambulantes (1884 en Nueva York) quisiera terminar este modesto trabajo, pues considero más que la entrega de un título, este acto fue una consagración a la vida en todos los sentidos. El Apóstol decía: Hay un cúmulo de verdades esenciales que caben en el ala de un colibrí, y son, sin embargo, la clave de la paz pública, la elevación espiritual y la grandeza patria. Felicidades Rosa.
Dra. Rosa Alicia Vázquez Cedeño: De mí nadie espere que persiga premios y glorias, prefiero ser esto que soy, una eterna educadora. Foto: Zenia Camps.
Dra. Rosa Alicia Vázquez Cedeño con su nieta en emotivo momento del acto. Foto: Zenia Camps.
Dra. Sayda Coello González profesora Auxiliar de la UCI y amiga de la homenajeada. Foto: Zenia Camps.
Ana Martín interpretó “Camagüey” dedicada especialmente a la homenajeada. Foto: Zenia Camps.