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Hoy recuerdo cómo, hace un año atrás, una y otra vez las palabras de los medios insistían en hacer saber, la insólita partida de uno de los grandes de América Latina, algo increíble para muchos a pesar de su débil salud. El mundo se paralizó con la noticia, millones a su alrededor lloraban: Venezuela se vestía de luto.

Formado en academia militar, Hugo Rafael Chávez Frías sacudió a su país de las ataduras de la Cuarta República y propuso Revolución. Humanidad y desasosiego movilizaban a este hombre si abusos y desamparos victimizaban a su pueblo. Pronto tuvo seguidores y fieles a sus nobles ideas que en poco tiempo se convirtieron en millones de admiradores de la transparente alma bolivariana.

Este 5 de marzo es el primer aniversario de su ausencia, es el primer aniversario de aquellas lágrimas que brotaron a causa del quebranto mortal de un  líder, de un compañero, de un hermano y de un padre.

Las imágenes que se reportaron, en días posteriores, no necesitaban palabras descriptivas detrás. Un mar de compatriotas lo homenajeó en su último adiós, su continente se unía al sentimiento, Cuba se hizo presente y entregó sus rosas.

Por aquellas tristes jornadas, la Universidad de las Ciencias Informáticas también canalizó su dolor. Este centro de estrechos vínculos con la hermana nación, plasmó sus condolencias en perdurables mensajes, la masa universitaria se solidarizó con los que más sufrían la lamentable pérdida.

En esos momentos la máxima era seguir su ejemplo, hoy, la realidad es que vive en cada objetivo justo, en cada reunión de la comunidad latinoamericana y caribeña, en cada lucha por mejorar las sociedades, en los venezolanos que apuestan por mantener sus conquistas  y la paz independientemente de acciones que motivan a la violencia ¡El ideal chavista vive, no se traiciona!