La emoción desborda los gestos de Pita como se le conoce popularmente cuando recuerda la inauguración de la Sala de Historia. Foto: Cortesía del entrevistado
Un fundador seducido por la historia de la UCI
La emoción desborda los gestos de Pita como se le conoce popularmente cuando recuerda la inauguración de la Sala de Historia. Foto: Cortesía del entrevistado
A Severino Hernández Pita le palpita el corazón más fuerte y los ojos se le humedecen cuando rememora aquellos momentos en los que se gestó la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).
“Recién me había jubilado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y estaba trabajando en el Instituto Central de Investigaciones Digitales (ICID) cuando conozco que estaba germinando una idea del Comandante en Jefe. Solo sabía que era un Proyecto de Fidel y ello fue suficiente para integrarme y consagrarme a él.”
En aquella etapa las jornadas comenzaban antes de asomar el sol y terminaban después de haberse ido el Astro Rey.
“Lo que se generó fue algo parecido a un volcán constructivo, remodelando edificios de residencia y haciendo aulas, laboratorios y el Rectorado. Recuerdo como ahora la entrada de profesores y estudiantes, los procesos de formación y ubicación de las facultades y de las organizaciones partidistas, juveniles y estudiantiles”.
Cuando llegó a nuestra casa de altos estudios lo que más le impactó fue la alta motivación que existía en todo el colectivo. “No había que designar tareas, las personas solas se involucraban en las misiones sin reparar lo que fuera ni la hora para hacerlo. Había una disposición y entrega total”.
Las anécdotas hilarantes de la proeza se resisten al olvido. Buenos recuerdos conserva de esos primeros años en lo que quería encontrar nuevos desafíos y aquí los halló al punto de que ha permanecido laborando 20 años entre nosotros.
“Fui seleccionado Vanguardia Nacional por el Sindicato de la Educación y la Ciencia, en el 2003 y Cuadro Destacado de la UCI y del entonces Ministerio de la Informática y las Comunicaciones (MIC) en el año 2004. Además, recibí el reconocimiento UCI ¨Hombres de Futuro¨ en el año 2007 y un diploma firmado por Fidel por organizar la seguridad personal de las Misiones Milagro en los veranos del 2004 y 2005”.
La emoción desborda los gestos de Pita como se le conoce popularmente cuando recuerda la inauguración de la Sala de Historia y del Sitial Fundacional de este centro de educación superior.
“En septiembre del 2014 se me encomendó la importantísima misión de recopilar y escribir la historia de nuestra alma mater y ha sido un trabajo al que han tributado muchas personas de diversas áreas que quedará como legado a las presentes y futuras generaciones de la UCI”.
Una y otra vez regresa su mirada al lugar de su oficina donde tiene un cuadro del Comandante en Jefe para significar la impronta de Fidel en esta casa de altos estudios.
“La posición y los logros que ha obtenido nuestra institución académica es fruto de la visión del líder de la Revolución Cubana que desde aquella etapa avizoró el impacto que tendríamos en la informatización de la sociedad cubana”.
“Gracias a esa genial idea del Comandante es que personas como yo hemos tenido el privilegio de aportar a la formación de jóvenes revolucionarios de estos tiempos”.
En las postrimerías de nuestra conversación, expresó un principio que constituye una brújula en su vida: “No hay ningún interés material, ni aspiraciones de premios. Sí, mucha Identidad y compromiso de seguir contribuyendo a la Universidad de Fidel. La UCI es parte inseparable de mi vida, una página gloriosa de mis memorias”.
A Severino Hernández Pita le palpita el corazón más fuerte y los ojos se le humedecen cuando rememora la etapa fundacional de la UCI.
