Cuba: La gran familia que resiste, hecha de libertad y mestizaje
El sol todavía no había ascendido en el cielo de la mañana de este domingo, cuando en el Reparto Juan de Dios Fraga, perteneciente al municipio capitalino de La Lisa, se desató una vorágine que iba obrando la maravilla de recoger velozmente ramas y troncos caídos tras el paso del Huracán Ian.
“Trabajo voluntario guevariano”, lo llamaría después en un hermoso intercambio con sus protagonistas, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien estuvo al centro de esa suerte de sinergia sanadora, esa que nace cuando numerosas voluntades trabajan en igual dirección y se van imbricando.
En poco tiempo, sin que aún fuese media mañana, varios camiones se llevaron la carga que mujeres y hombres acopiaron y levantaron con facilidad –porque en la unión está la fuerza. Y esa fue la antesala de una conversación a cientos de voces, en una jornada que también contó con la presencia de Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista; Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en la capital; Reinaldo García Zapata, Gobernador de La Habana; Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC); y otros dirigentes del Partido y el Gobierno.
En esa, una barriada de científicos que pertenecen al Polo del Oeste capitalino, Torres Iríbar dijo que “después de esta maravilla de encuentro, saludando la recuperación de un ciclón que nos dañó”, todo el que quisiera podía expresar su sentir. Y ese fue el comienzo de historias compartidas, de una saga que se estrenó con las palabras de una pobladora del Reparto, quien comentó a Díaz-Canel: “Déjeme decirle, querido Presidente, que nosotros desde un principio nos volcamos a la limpieza y el embellecimiento de este reparto”.
La mujer hizo justicia y no olvidó en su intervención a los dirigentes de La Lisa, al Contingente “Blas Roca Calderío”, y a la Empresa Eléctrica, porque todas esas fuerzas apoyaron. Entonces también se supo en el encuentro sobre la disposición que tienen las mujeres y hombres del prestigioso Contingente, de irse para ayudar a “nuestros hermanos de Pinar del Río”.
Se sucedieron hermosos testimonios. Un estudiante de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) contó sobre la presencia de ellos en La Coloma, Pinar del Río. Quienes han ido allí para ayudar no olvidan las caras tristes que encontraron al llegar, y los rostros felices, sobre todo de los niños, cuando llegó la hora de las despedidas.
Tocó el turno a los científicos, quienes estuvieron por Puerto Esperanza, Pinar del Río. De entre ellos, una voz de BioCubaFarma enfatizó: “hay que lograr que cada cantante y cada artista pase por allí, porque yo tengo esa misma sensación: cuando llegamos, los niños estaban tristes; y cuando nos fuimos, los dejamos felices”.
Una joven del Reparto, cuyos padres son médicos, tomó el micrófono para expresar: “Quiero agradecer a todos los que han venido aquí a ayudarnos”. Torres Iríbar, quien fue moderando la jornada de intercambios, recordó esa palabra mágica llamada unidad, porque ella, dijo, ha sido “la que nos ha traído hasta aquí. Y es la unidad en La Habana lo que hizo que en tan pocos días los daños principales de un huracán” fueran revertidos. Tal logro, reflexionó, no es poco si se tiene en cuenta que por sobre la ciudad, esa por la cual “hay que seguir haciendo cosas”, pasaron vientos de entre 140 y 145 kilómetros por hora
Confianza en la fuerza de un país
El Che Guevara y su ejemplo motivaron las primeras palabras del Presidente Díaz-Canel, quien recordó que el legendario luchador impulsó, en los primeros años de la Revolución cubana, eso que conocemos como trabajo voluntario. Jornadas como la de este domingo, expresó el Jefe de Estado, engrandecen “la convicción de que el Che está presente”, y de que no hemos renunciado a construir un Hombre nuevo.
Hay que pensar bien cómo se construye ese nuevo modelo humano, reflexionó el dignatario, “en medio de la situación compleja que se vive, en un mundo lleno de incertidumbre”, enfermo de guerras y cada vez más asimétrico.
“Estamos haciendo, con esa convicción guevariana, un trabajo voluntario, enfrentando las afectaciones de un poderoso huracán que pasó por nuestro país, que afectó a cinco provincias, particularmente con un grupo de daños severos aquí en La Habana”, afirmó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista, quien pidió tener en cuenta que el fenómeno de los huracanes se va a seguir incrementando, y que cada día tenemos que estar más preparados para enfrentar este tipo de eventos meteorológico.
Los destrozos dejados por un huracán que castigó durante unas seis horas, no pueden ser arreglados en seis horas, razonó el mandatario: “O sea, que lo que el huracán destruye en poco tiempo, nosotros necesitamos mucho tiempo para recuperarlo”. Ante tal realidad, hizo énfasis: “es lógico que todo el mundo se preocupe, que todo el mundo se desespere un poco”.
Son daños –meditó- que “no se pueden resolver en poco tiempo, y llevan un trabajo, y llevan un esfuerzo. Hay brigadas que están trabajando casi 24 horas; y uno siempre pensando en el peligro de que, por el agotamiento, pueda suceder un accidente y entonces sea más compleja la situación”.
El Jefe de Estado hizo referencia a las afectaciones en las cuales se trabaja arduamente: el servicio eléctrico, el abasto de agua, las comunicaciones, la agricultura, las viviendas. Sobre estas últimas recordó que “esas son siempre las que más tiempo nos lleva recuperar”.
Cuando se enfrenta un ciclón, comentó, una de las primeras tareas en la que hay que centrase es la higienización, “que es quitar todo ese daño visible, que influye también en la subjetividad de la población”; porque no hay cosa peor que estar viendo el desastre, “y no hay cosa más alentadora que cuando en poco tiempo, como se ha hecho aquí en la capital, con el trabajo de todos, todos juntos”, se limpia lo que dejó el huracán a su paso.
Lo anterior, aseveró, va “multiplicando la esperanza, multiplicando la confianza, multiplicando la capacidad que tenemos de resistir, y también de superar esa adversidad”.
Díaz-Canel elogió que la capital haya recuperado el servicio eléctrico en tiempo récord: “Habrá gente que no lo entendieron, habrá gente que por otras motivaciones y manipuladas también no lo quisieron entender, pero que a los cinco días de haber pasado un ciclón como el que pasó por aquí se hubiera restablecido más del 99 por ciento del servicio electroenergético en la capital, es una heroicidad”.
El Presidente destacó que “esa heroicidad tiene rostros, tiene los rostros de todos esos linieros que vinieron de diferentes partes del país, que terminaron aquí en la capital por la noche, y que al otro día estaban partiendo para Artemisa y Pinar del Río, que son los lugares más complicados”.
Son personas, valoró el dignatario, que dejan atrás sus familias, en cuyos hogares están las mismas complicaciones cotidianas que tienen otros muchos en la Isla. Son “gente que se fueron por encima de sus problemas personales para ver los problemas de toda la sociedad”.
Al abordar el tema de la provincia de Pinar del Río, el territorio más afectado por el paso de Ian, el Jefe de Estado afirmó que el panorama de ese escenario es “realmente desolador”, y que para allá están yendo permanentemente los principales dirigentes del país.
“Toda Cuba, yo diría, tiene puestos sus ojos en Pinar del Río, y Artemisa, pero sobre todo en Pinar del Río que es el lugar más complicado”. Así lo dijo porque quien visita la provincia ve poblados llenos de casas sin techos, donde los postes están en el piso, los cables fuera de su lugar, “y todo eso va a llevar tiempo” arreglarlo: “Por eso yo digo también que hemos vivido días difíciles, y nos quedan días difíciles, sobre todo en Pinar, y en una parte de Artemisa”.
No hemos terminado, alertó Díaz-Canel: “Hay que seguir, incluso en La Habana, en Mayabeque, en la Isla de la Juventud, que se recuperaron de manera más rápida; pero todavía nos quedan cosas por hacer; y además tenemos que seguir trabajando como hemos planteado: lo tenemos que hacer todo mejor que como estaba antes del ciclón”.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista expresó que “en las condiciones en que está Pinar del Río”, haber logrado ya más del treinta por ciento del servicio eléctrico “es una heroicidad”. Y en lo adelante, “con toda la base organizativa, con todo el nivel de brigadas que han llegado, con las cosas que se han estado haciendo, ustedes verán que los porcientos, por día, van a irse incrementando”.
Que el intercambio de la mañana de este domingo se produjera en una comunidad científica, también motivó reflexiones del Jefe de Estado. “La ciencia para nosotros, destacó, tiene un papel protagónico en nuestro país. Fidel lo definió: el país tenía que ser un país de hombres de ciencia y pensamiento. A veces esa parte (la del pensamiento) la mutilamos de la frase; y (ella) es muy importante, dice mucho”.
“Nosotros, dándole continuidad a ese pensamiento fidelista, hemos planteado como un atributo de la gestión del Partido y de la gestión del Gobierno, la innovación para la solución de los problemas del país; y estamos tratando de fomentar, basado en las ideas de Fidel, una cultura que nos aliente a que cada vez que vayamos a enfrentar un problema acudamos a la investigación científica”.
Por lo anterior, el Presidente cubano destacó que “hay todo un grupo de expertos, de académicos, de científicos”, trabajando en todos los grupos temporales que están proponiendo leyes, políticas públicas, políticas de Gobierno, que están analizando los principales problemas. Fue con ese rigor, reflexionó Díaz-Canel Bermúdez, con el cual “se trabajó el texto del Código de las Familias”, y con el cual “se están trabajando todas las cosas en el país”.
Entonces él compartió con los presentes una idea que ha ido enriqueciendo con el paso del tiempo y en la medida en que hemos sumado eventos adversos a nuestra historia: ¿Qué hubiese sido de Cuba golpeada por la cepa Delta de la COVID-19 (“que nos golpeó duro”), por Ómicron, por el siniestro del Hotel Saratoga o de la base de supertanqueros de Matanzas, si no hubiese estado blindada por las vacunas de nuestros científicos? “¿Cómo estaríamos?”, enfatizó el dignatario.
“Por eso no me canso de decir –destacó- que esos médicos salvaron el país, que esos científicos salvaron el país; y ahí está patentizado ese concepto de resistencia creativa que yo defiendo, convencido, no lo hago por buscar una consigna, por desatar una idea determinada. Es que el tema de nosotros no es resistir y aguantar el bloqueo: el tema de nosotros es resistir y superar el bloqueo con nuestro talento y con nuestro esfuerzo; y eso lo hicimos: nadie nos iba a dar vacunas, y nuestros científicos crearon las vacunas”.
Ahora, analizó el Presidente cubano, Cuba está enfrascada en otras contiendas: la lucha contra el dengue, contra importantes enfermedades que tienen que ver con el envejecimiento de la población, contra otros desafíos. “Siempre vamos a tener que estar superando adversidades, y siempre de lo que tenemos es que estar seguros de que con nuestras propias fuerzas, y con nuestro propio talento, podemos superar las adversidades. Lo que pasa es que hay que hacerlo con valentía, con coraje, poniéndole el pecho a las balas, y nunca retrocediendo”.
En esa filosofía, argumentó, radica el aprendizaje: “Y todo eso nos irá dando una acumulación de aprendizajes; nos irá dando una acumulación de experiencias; y nos irá dando también una acumulación de desarrollo emotivo, de compromiso social, revolucionario, que entonces también nos permitirá seguir transitando el difícil camino de lograr la prosperidad que merece el país, y el desarrollo económico y social que merece el país, que es parte de la visión de la nación que entre todos hemos compartido en los últimos años”.
Hacia el final de su intervención el dignatario enunció: “Miren cuántas cosas están presentes”. Y mencionó a la obra de la Revolución, a Fidel, al Che, a nuestra ciencia. “¿Y todo eso está resumido en qué?: en el pueblo cubano”.
Como este lunes será 10 de Octubre, el mandatario recordó a Carlos Manuel de Céspedes, “un hijo del pueblo cubano, Padre de la Patria en armas”, quien al dar la libertad a sus esclavos dio un grito “contra la discriminación racial” y por un grupo de principios que nos han alentado hasta el presente.
Hay muchas motivaciones, destacó Díaz-Canel, para que el corazón de todos nosotros “esté engrandecido hoy”. Lo dijo porque “somos una familia de cubanos, podemos compartir aquí sin ninguna frontera de cargos, de orígenes, de situaciones, de color de la piel, de género, sencillamente como cubanos libres, en la Cuba socialista. Somos una gran familia”.
Por lo anterior, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista declaró que confía en la fuerza de Cuba, y en que “todos juntos venceremos”.