Impactos del bloqueo yanqui en la UCI
Cuando todo nuestro pueblo aguarda expectante el resultado de la nueva presentación ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en las próximas horas, del informe Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba, correspondiente al último año, resulta oportuno exponer cuáles han sido los principales impactos de esta política ilegal, genocida y extraterritorial del gobierno norteamericano sobre la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), joven institución de la educación superior cubana, cuyo modelo de formación se basa en el principio de la vinculación del estudio con el trabajo.
No hablaremos en esta ocasión de las dificultades derivadas de la imposibilidad de conectarse nuestro país a los cables de fibra óptica submarinos ubicados muy próximos a sus costas, ni de las limitaciones para adquirir nuevos equipos, partes y piezas de cómputo pues han sido ampliamente abordadas en otros espacios.
Además de estas, las implicaciones directas e indirectas del bloqueo en la joven universidad, eminentemente tecnológica, son múltiples y abarcan prácticamente todas las esferas de la vida universitaria, desde la docencia, la investigación, la alimentación, la transportación, entre otras múltiples ramas.
Como parte de la industria cubana del software, la UCI desempeña un importante papel en la producción de aplicaciones y sistemas destinados a la informatización nacional y su comercialización en el extranjero. Sus productos representan hoy un importante aporte a la economía del país, no solo desde el punto de vista monetario, sino también para su propio desarrollo, en una era en la cual resulta impensable siquiera el progreso sin un firme sustento en las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones.
Esta casa de altos estudios es hoy puntera en el desarrollo y uso del software libre y el código abierto, como vía para lograr la tan necesaria y soñada soberanía tecnológica cubana. Las plataformas de desarrollo colaborativo Google Code y Source Force, las más importantes del mundo destinadas a desarrolladores y contentivos de códigos fuente abiertos y listas de servicios, aparecen bloquedas para Cuba. Para desarrollar el sistema operativo cubano Nova, uno de los productos líderes de la institución, colaborar, estudiar y utilizar las tecnologías existentes en dichos repositorios, estudiantes y profesores deben valerse de métodos alternativos a través de terceros, trayendo en ocasiones como consecuencia el cierre de algunos proyectos.
Lo mismo sucede con la comunidad Debian, conformada por desarrolladores y usuarios, hosteada en Miami y administrada por un ciudadano cubano-americano. Algo similar ocurre con los sitios de Oracle, repositorio de gestores de bases de datos informáticas, dueño de todos los productos de Java, cuyo dominio en el mercado de servidores empresariales ha sido casi total hasta hace muy poco tiempo.
En sentido general, la única nación del mundo que hoy recibe el molesto error 403, como país, al navegar por internet, es Cuba. Cuando los usuarios cubanos intentan acceder a un sinnúmero de sitios y páginas, un frustrante mensaje en ingles con fondo blanco se presenta. La traducción al español más o menos dice así “Su cliente no tiene permitido conseguir su URL en este servidor. Se accede a esta página desde un país prohibido.”Incluso a naciones como Libia y Siria, les fue admitido hace relativamente poco tiempo acceder a descargas de los llamados códigos fuente.
Cuando logra finalmente llevar a término alguno de los proyectos destinados a la exportación, comienza entonces otra odisea, la de conseguir la facturación, dado lo complejo de conseguir una entidad bancaria exterior que acepte el riesgo de realizar la transferencia de dinero, como resultado del peligro siempre latente de recibir millonarias multas de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) norteamericana.
El Concurso Internacional Universitario ACM de Programación (ACM-ICPC, por sus siglas en inglés), surgido en 1970 a partir de un concurso celebrado en la universidad norteamericana de Texas bajo el auspicio de la Sociedad Honorífica Upsilon Pi Epsilon (UPE), constituye un evento competitivo de carácter anual organizado por la Asociación de Máquinas Computadoras. Desde esa fecha ha tenido un crecimiento acelerado en cuanto a cantidad de equipos, instituciones y países participantes. Solamente en el ciclo de competiciones 2012-2013, participaron 29 479 concursantes, agrupados en más de 9 500 equipos en representación de 2 322 instituciones de 91 países, llegando así a convertirse en uno de los eventos académicos más antiguos, grandes, en términos de participación, y prestigiosos del mundo.
La participación de Cuba y la UCI en particular en el ACM-ICPC, tiene un significado muy especial para la formación y capacitación de los estudiantes de la carrera de ingeniería en Ciencias Informáticas, los futuros profesionales, quienes han obtenido múltiples premios en las competiciones, además del prestigio y reconocimiento mundial proporcionado a esta institución, a la Educación Superior cubana y al país en sentido general.
A nivel mundial, y desde el año 1998, el ACM-ICPC es patrocinado por la empresa International IBM. Como consecuencia de las limitaciones impuestas por el bloqueo, dicha empresa se ha visto imposibilitada de patrocinar oficial y directamente, con apoyo monetario, imagen y otras formas, los concursos realizados en suelo cubano. Pese a ello, han tenido lugar exitosos eventos desde el año 2009.
Ante las consecuencias de la cruel política yanqui, sus profesores, trabajadores y estudiantes, cada uno desde sus puestos y frentes de trabajo, no permanecen cruzados de brazos. El ingenio y el talento, sobre todo joven, se abre paso ante los obstáculos y siempre aparece una solución ante cada problema, ante cada dificultad, para lograr finalmente el cumplimiento de su objeto social y hacer realidad el sueño de Fidel de convertir a la UCI en una universidad de excelencia.
Lea aquí el texto del informe Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba que será sometido a votación este 29 de octubre.