Ya contamos con la experiencia
Conocer las impresiones de los jóvenes que trabajaron en el Frente Francisco Miranda se convirtió, para mí, en uno de los principales requerimientos para dilucidar la grandeza de los hombres y mujeres que crecen en nuestra Patria.
Víctor Michel Hernández Gómez fue otro de los que, sin dudarlo, cruzó las fronteras geográficas para ayudar a consolidar el proyecto socialista bolivariano, y provocar que regresar a aquellas memorias conlleva, a cualquier interlocutor, a aprender lecciones de su vida, desde el comienzo de la entrevista me comentó:
“En el plano personal, esta misión, me aportó mucho porque fue la primera vez que me alejaba de mi país enfrentando algo importante desde el punto de vista político para Venezuela, que tenía las elecciones de alcaldes y gobernadores en ese 2008.
“A mí me tocó estar en el estado de Yaracuy, un estado que no tenía grandes recursos económicos, como Carabobo, Zulia, entre otros, ese era un estado eminentemente chavista, (…) sin embargo, las estrategias de la oposición siempre logran engañar a un gran porcentaje de venezolanos que todavía siguen cayendo en esas mentiras. Cosas como estas a uno le chocaban, porque desde que naces, aquí, te desarrollas dentro del socialismo y ayudando al desarrollo de esta gran Revolución y nunca me había enfrentado a criterios tan encontrados y distintos.
“Tuve que empezar a interactuar con otras ideas, con los intereses solapados de algunas personas allí, y era algo bien difícil, en lo personal me tuve que superar, estudiar mucho, aprender de ellos –sin que fuera muy notable- porque nuestra misión era asesorar y, desde ese punto de vista, mi dominio de muchos detalles tenía que ser superior, además teníamos que incidir en todos los aspectos necesarios. Tuve que conocer sus costumbres, sus necesidades y vivirlas para poder formar parte de una familia como tal y que me vieran como uno más y no como el distante asesor cubano -cosa que al principio sucedía-, y lograr llegar a ellos fue difícil, pero al final hicimos un trabajo muy bonito.
“En lo profesional también me aportó, imagínate acumulé conocimientos teóricos, políticos, económicos, etc. Aprendí mucho, la verdad, sobre todo porque no hay nada más rico que la práctica, la teoría es una cosa, pero en la práctica, en el terreno, (…) puede ser muy distinta y es de ahí de donde se sacan las mayores experiencias.
- ¿Qué opinas sobre estas formas de colaboración entre nuestros países?
- Bueno, ya van unos cuantos años de colaboración y se ha visto el avance, el desarrollo que ha tenido Venezuela, sobre todo por el líder que tuvo, pero la asesoría que se ha brindado ha servido de mucho, principalmente, para que Venezuela empezara a despuntar y a dar los pasos agigantados en su desarrollo y a tener realmente un despegue económico en sus áreas. Los médicos han sido fundamentales igual que los profesores de Educación Física, los de la misión cultural y la de la agricultura, todas estas misiones han sido importantes y significativas en el desarrollo de ese país, y ya hay un pueblo que se siente identificado con estos procesos, incluso un gran número de los opositores los reconocen.
- Si tuvieras que calificar esta experiencia ¿cómo lo harías?
- La calificaría de excepcional e inolvidable, para mí no tiene más palabras.
- ¿Tienes alguna anécdota en especial que puedas compartir?
- Se ríe y me mira pícaramente como el conocedor de varios secretos a alguien que hace una pregunta muy ingenua y responde:
"Millones. (…) una en especial fue cuando tuvimos que trabajar en conjunto con las demás misiones que estaban en el estado para lograr que los jóvenes se incorporaran a cursos parecidos a los del inicio del Frente Francisco Miranda, para eso se crearon escuelas, que solo estaban en dos o tres estados y cada región debía aportar a ellas. Yaracuy, la zona en la que estaba, no tenía.
"Una de las últimas veces que tuvimos que hacer eso se unieron a nosotros alrededor de 50 jóvenes que debían llegar a Táchira a una escuela buena y muy bonita, pero lejos, y ellos no tenían la misma visión que los cubanos, en edades semejantes, dispuestos siempre a tareas de este tipo, lejos de casa, para estos venezolanos aquello era algo totalmente novedoso, no tenían nuestras concepciones en ese sentido.
"Logramos que estos muchachos se comprometieran con la tarea que se les proponía, guardaban muchas aspiraciones con esto y era la primera vez que iban a salir del estado. Mientras esperábamos la guagua, que ya se demoraba mucho, decido llamar a Caracas, a la Dirección de la misión, para informarles que estábamos listos, que cuándo llegaban las guaguas que debían llevarnos para Táchira y me dicen que no, que ya no debíamos salir para allá, sino para Lara, pero cuando llamamos (…) nos informan que ellos ya tienen las capacidades llenas.
"Fue un momento difícil enfrentarse a esos muchachos que ya se habían creado ilusiones, ideas, expectativas y responsabilidades con su tarea, para decirles que ya no la tenían que hacer. Ahí hice uso de toda la experiencia que había acumulado hasta ese minuto y, claro, me apoyé en los venezolanos que estaban al frente de la dirección del estado para poder comunicarles todo aquello a los muchachos y buscar que no cambiaran, por esa descoordinación, su proyección política, y tratamos de vincularlos más a la lucha ideológica. Los incorporamos al frente y les comenzamos a dar tareas para que colaboraran y no perdieran aquel nexo, principalmente, porque toda la ayuda que pudiéramos tener era poca. Ese día hubo lágrimas, hubo expectativas tronchadas, pero al final se logró el objetivo. Fue un arduo trabajo durante 12 meses", culminó comentando con cara de satisfacción.
Ante mi siempre repetida pregunta a estos revolucionarios implicados en el Frente, sobre su disponibilidad para nuevas necesidades de este tipo respondió:
"Sin problemas lo haría de nuevo, mucho más teniendo en cuenta-que ya contamos con la experiencia.