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Jóvenes VS Covid-19: Mensaje al país

Joven protagonista |
03 de Mayo de 2020 / 1:00 pm
Primer grupo de jóvenes contra la COVID19 en el Centro de Aislamiento UCI-MINSAP

¡Buenas madrugadas querido diario! Hoy he descubierto la verdadera utilidad de que existas. La televisión cubana, envió a una periodista del noticiero estelar a entrevistarnos, sin embargo, a pesar de haber transmitido mensajes importantes, creo que faltaron cosas por decir.

Cosas como la emoción que siento cada día al estar aquí, al estar cumpliendo con el deber. Como la emoción que sale de mi pecho ante cada gesto de agradecimiento, de apoyo, de que lo que estamos haciendo es ser parte de la historia.

Sí, se me ocurren muchas cosas para hacer en 10 días en casa, se me ocurren muchas cosas para hacer en la comodidad de un hogar, pero lo vivido aquí, queridos lectores, no tiene precio. Mirarle a los ojos al temor, a la muerte, pero también a la vida, a estar sanos, a la gratitud cuando se brinda un servicio de calidad.

Bitácora del día

Este día comenzamos el trabajo en una nueva manzana de la universidad, a las manzanas 30, 27 y 25, se suma la 23. Las cifras hoy superaron los 550 pacientes recibidos y se espera que, con la apertura de la nueva manzana de edificios, aumenten las capacidades y por consiguiente, las personas que visiten nuestra Institución.

También ronda el centenar de personas que han salido de alta, sobre todo los pacientes cuyos resultados de la prueba del PCR fueron negativos, los cuales son dados de alta y remitidos a observación epidemiológica por 14 días más en su área de salud.

Ya llegamos a 80 personas en las tropas, entre los 40 del personal sanitario (médicos, estomatólogos, enfermeros) y los 40 del personal de apoyo. Recordando que a los trabajadores de la Universidad se han sumado trabajadores del gobierno y de centros educacionales y de servicios del municipio de La Lisa, en La Habana.

Gracias por leer este diario y sigan cuidándose en casa y apoyando, desde donde les toque, para que el país y el mundo erradique la pandemia. Nosotros los jóvenes seguiremos luchando.

Marcas del día

Hoy llegaron los resultados de las pruebas PCR que se realizaron el pasado miércoles. Llegaron antes de las 72 horas y, de un total de 60, fueron positivas 5 personas para un acumulado de 6 hasta el momento. Es impresionante, porque todos estos casos han estado asintomáticos, sin embargo, la prueba de PCR con el rigor que se realiza, no deja margen a las dudas, son positivos al SARS-COV-2.

En el listado llamó la atención algo, de las 5 personas, 3 tenían una historia impresionante, esas historias las contaré a continuación en las marcas del día, los nombres varían para proteger la identidad de las personas, pero son historias vistas por estos ojos, de eso no hay ninguna duda.

6 años:  Olivia es una niña de 6 años. Entró a este centro de aislamiento con su padre y su madre, los 3 habían sido contactos de un caso positivo. En el tiempo indicado se les realizó el PCR, sin embargo, al recibir el resultado la menor fue la única positiva.

La doctora miró a la enfermera mientras veía el resultado, ambas me pidieron les acompañara a dar la noticia.

Caminamos rumbo a el edificio donde se encontraban, al llegar se nos pararon enfrente.

- Familia, tengo que darles el resultado del PCR.

- Díganos doctora, estamos esperando.

- Ustedes padres son negativos, pero Olivia es positivo, por lo cual, debemos remitirla para un hospital.

Miren, les confieso que por momentos como este no estudié medicina, aunque era el sueño de mis abuelos. Yo observaba con detenimiento y dejaba a la doctora hacer su labor, pero lo que sucedió después, movió todas mis fibras.

El padre se puso las manos a la cabeza y empezó a enrojecerse, la madre se llevó las manos entre el nasobuco y los ojos y empezó a llorar, la niña, esa niña inocente de sólo seis años, se acercó a la doctora, y con lágrimas en los ojos dijo: “¿Estoy enferma, me voy a curar?”

¿Qué responder? ¿Qué decir? Fue entonces cuando la doctora se arrodilló para llevar sus ojos a la altura de ella, y le explicó que los niños son más fuertes contra la enfermedad, y que vamos a tomar todas las medidas para cuidarla, y la primera, es llevarla con su mamá para un hospital, pero que tiene que ser fuerte y prometerle que se va a curar y se va a poner bien.

- Te lo prometo doctora, pero cuida a mi papá.

- Lo cuido, pero cuídate tú.

Es así como partieron rumbo al Hospital Dr. Luis Díaz Soto (Naval) de La Habana, allí tienen a el contacto que había dado positivo.

La ambulancia se aleja con la madre y la hija, el padre mirando al piso no para de llorar y decir: “Por qué, ¡¡¡por qué no a mí!!!” Yo, yo sigo haciendo mis labores diarias y pidiendo a la vida que mantenga sana a esa familia y que, dentro de unos meses, esta pesadilla para ellos sea recordada como un mal recuerdo.

Margarita: Margarita tiene más de 80 años, está un poco sorda, tiene un cáncer de mamas, y presenta varios de los problemas que pueden complicar al organismo ante la presencia de la Covid-19: hipertensión, diabetes, es una persona de riesgo en términos médicos y es una abuelita a la que tenemos que cuidar en términos de nosotros, los jóvenes.

Llegó a nuestro Centro de Aislamiento el miércoles, pero ya llevaba más de siete días del último contacto con su hijo, caso positivo al coronavirus. Por ello, teniendo en cuenta su edad y los riesgos para su salud, se le practicó la prueba.

Fue complicado para poder atenderla, no caminaba bien, se apoyada en las muletas, y realmente estar sin un acompañante es duro para una persona de su edad.

Fue de las personas que no comía casi nada, y tuvimos que gestionar una sopa bien rica para lograr abrirle el apetito.

Era la tercera de los cinco casos positivos, una tristeza adicional, por ello, sabíamos que darle la noticia debía ser de una manera muy especial y con mucho tacto.

Al llegar a su apartamento, estaba sentada viendo el noticiero, y la doctora se quitó el nasobuco con un gran autodominio, (Margarita sí lo tenía puesto), y en una voz alta y pausada, moviendo los labios de manera expresiva dijo:

- Margarita, tengo una noticia que darle, usted es positiva para la Covid-19, ¿me entiende?

- Sí, que soy positiva, la entiendo.

- No se preocupe, que la vamos a atender y haremos todo lo posible para que se cure.

- Sí, no me preocupo, lo único que quiero es que se lo digan a mi hijo, yo confío en ustedes, y le digan que no lo culpo por enfermarme, que estoy bien.

- Confíe en nosotros, vamos a cuidarla, y le daremos el mensaje a su hijo.

De esta forma Margarita asintió con la cabeza, sabe que tiene una enfermedad mortal, pero sabe que no la van a dejar desamparada. Es duro ver a una persona de su edad sola, que no tiene la misma movilidad que los jóvenes, que no es particularmente igual de resistente a las enfermedades, pero que, con todas sus dolencias, no va a renunciar a luchar y va a seguir viviendo por nosotros, y por su hijo.

No puede permitirse que su hijo piense que le hizo daño. Y es ese brillo en los ojos el que me invita a pensar que todo va a estar bien, y que esperemos, Margarita saldrá con vida de esta batalla.

Llegó la ambulancia que le correspondía trasladarla hasta el Hospital Salvador Allende, (La Covadonga conocida popularmente), los paramédicos utilizaron la silla de ruedas y la rampa de la ambulancia. Nos despedíamos de ella, la tristeza rondaba los pechos de todos, pero el combate tenía que seguir, teníamos que atender al resto de los pacientes.

Padre de familia: Yovanny tiene unos 34 o 38 años, es el padre de Anthony y Andy, dos niños hermosos y sumamente inteligentes. Su madre dio positivo a la Covid-19, y él fue el quinto y último caso de este día. A pesar de alertar a la familia que se encontraba aislada, sobre que debía mantener el distanciamiento social y el uso del nasobuco, en varias ocasiones sorprendí al padre sin nasobuco y teniendo contacto con sus hijos.

Por eso, cuando supe que él fue positivo, no me agradó nada la noticia, sabía que debían dejar a los otros cinco integrantes de la familia: los niños, su hermano y su novia y su esposa, en cuarentena y aislamiento durante otros siete días sin síntomas, hasta repetir el PCR a ellos nuevamente, para descartar cualquier contagio.

Cuando la doctora se acercó a ellos, él fue quien abrió la puerta y dijo:

- Dígame doctora, estoy enfermo yo, o mis hijos.

- Usted Yovanny, usted es positivo a la COVID.

- Y entonces, qué hace ahora mi familia.

- Su familia se queda aquí mismo, con las mismas condiciones, pero sin usted. Lo trasladaremos a un hospital donde se agrupan los casos positivos, para protegerlo, separado de los suyos.

- Está bien, pero sigan atendiendo a mis hijos en lo que necesiten. Me voy tranquilo porque confío en que van a estar bien. Yo soy el padre de la familia, y los dejo en sus manos.

Fue en ese momento que Andy, de apenas un añito se acercó con su nasobuco con un colmillo de vampiro y le dijo: ¡Papá!, ¡Papi!, ¡Cárgame!

¿Cómo decirle a un niño de un año que su papá no lo va a poder cargar en más de 14 días? ¿Cómo decirle que hay un virus que tiene al mundo detenido y que no deja expresar el amor?

Sencillamente diario, no hay palabras para describir lo que se siente, tanto Margarita, como Olivia, como este padre de familia, nos confirman algo que no sale en los noticieros, ni en una noticia de cinco minutos, porque no cabe en una cámara.

Nos confirma que a este virus lo tenemos que enfrentar todos juntos, quedándonos en casa por la niña que no puede estar con su papá, por la abuela que enfrenta al coronavirus sola sin su hijo, y por el padre que no va a poder cargar a su niño en brazos.

Hoy aprendí que para ser doctor hay que estar listo para dar estas noticias, tener un corazón bien fuerte para no llorar, y tenemos por encima de todo, que estar preparados para dar apoyo y dar amor, las únicas medicinas que, aunque no curan físicamente, están aliviando el dolor del alma en todas las familias que encontramos con situaciones similares a las que vivimos hoy.

Mañana continuamos escribiendo, eso sí, no dejes de apoyar y de pensar en que se curen estos pacientes. Hemos aprendido desde pequeños, como cubanos que tenemos sangre y amor en venas, que apoyamos y sentimos como nuestro el dolor de cada paciente.

Seguimos en la pelea, viviremos y venceremos a la Covid-19, ese es el mensaje que, desde el corazón le enviamos al país, y ya tendremos momentos para disfrutar de los abrazos y besos que hoy están guardados.

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