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Muchos soñamos desde pequeños con ser parte de algún proyecto importante, algo que nos hiciera trascender y al mismo tiempo que nuestros seres más queridos se sintieran orgullosos de nuestros éxitos.

No pocos fueron los que dieron por alcanzar esa meta cuando llegaron a la UCI. El denominado Proyecto Futuro, fue y aún sigue siendo una de las ideas más ambiciosas gestadas por ese gigante con visión de futuro llamado Fidel. Ser parte de ese gran Proyecto era el orgullo de muchos, sin embargo, otros no se conformaron con haber llegado y una vez dentro pusieron cada vez más alta la varilla de las metas por lograr.

A esos que con su trabajo diario y aportes indiscutibles en la creación científico-técnica, destacan en sus colectivos, se les reconoce con el sello Forjadores del Futuro. Máxima distinción que otorga el Movimiento de las Brigadas Técnicas Juveniles a nivel nacional.

Ailec Granda Dihigo, jefa del Departamento Metodológico de Ingeniería de Software, es una de las 28 jóvenes de nuestra Universidad que este año fueron merecedores de tan alta distinción. El privilegio de conocerla de antemano facilitó un poco la siguiente entrevista, donde nos devela algunos de sus secretos:

- ¿Cuéntanos cómo es para ti la rutina habitual de un día de trabajo?

-Bueno, realmente es algo complicado mi día de trabajo. Empiezo por levantarme, desayunar y salir para la oficina, allí me esperan las asesoras, pues siempre hay algo que comentar ya sea de índole de trabajo o personal. Luego voy mirando las tareas del plan de trabajo, lo mismo puede ser una reunión, o clases, lo que te aseguro que casi siempre hay algo. No obstante siempre guardo unas horas para mi superación, si no da tiempo durante el día, pues entonces hago algo en la noche, aunque siempre trato de planificarlo bien, para poder tener también mis horas de ama de casa, de esposa, etc. Y a todo esto debo sumarle mi embarazo, pues dentro de poco también seré mamá.

-¿Con todas estás responsabilidades juntas, de dónde provienen entonces los resultados de trabajo?

-Bueno los resultados vienen por varias vías, una es del trabajo diario en el departamento, en la facultad, en el aula. el simple hecho de que mis estudiantes aprendan y salgan bien, o que las asignaturas que atiendo tengan mejores resultados, o simplemente que los profesores de mi departamento se sientan motivados y cada día más preparados, ya eso es un buen resultado del trabajo que realizo.

“Por otro lado, de las mismas horas de autosuperación, trato de escribir artículos o trabajos para eventos, que generalmente tributan al trabajo diario en el departamento y las asignaturas. Como resultado de todo esto logré defender el Doctorado el pasado 13 de noviembre. Ello requirió muchas horas de esfuerzo, pero realmente es algo que se puede lograr”.

- ¿Siempre te propones metas altas o las conquistas llegan por sí solas?

-Bueno soy Ingeniera en Ciencias Informáticas y desde que me gradué me he dedicado a la Ingeniería de software, así que por principio creo importante planificar las tareas, así como plantearme metas y objetivos, así me organizo. Defender el doctorado era una gran meta para mí, creo que solo no llega nada, las cosas hay que quererlas y luego trabajar para alcanzarlas.

- Por supuesto que por el camino siempre aparecen algunos obstáculos, cuál ha sido para ti entonces el verdadero precio para conseguir tus metas. ¿Has tenido que sacrificar algo a cambio?

- Muchas horas de sueño, horas de tranquilidad también, pues acostarme diariamente pensando en trabajo o investigación, realmente te quita un poco de tranquilidad. No obstante no me arrepiento, pienso que en el contexto en el que estamos, superarnos cada día, más que una meta es una obligación, así debe ser la vida de un profesor universitario.

-¿Qué mensaje tienes para quienes comparten hoy contigo está importante distinción?

-Decirles que esta distinción a pesar de ser muy importante, no es imposible de alcanzar, que el propio trabajo diario y el esfuerzo que siempre realizamos nos conducen a ella. Incitarlos a superarse cada día más y tratar de hacer ciencia de nuestro trabajo cotidiano.

Pareciera entonces cuestión de voluntad, luego de escuchar las palabras de Ailec, para que otros lleguen donde ella pudo llegar. Enhorabuena entonces para todos los que fueron acreedores de este premio por haber logrado algo sencillo y a la vez difícil: hacer de lo cotidiano algo extraordinario.

Junto a Mella los jóvenes acreedores del Sello Forjadores del Futuro.