El orgullo está en las pupilas que, una y otra vez, se encuentran
Mella los observa. O acaso son ellos los que pasan ante su imagen y sonríen: hemos ganado nuestro propio tiempo. Las miradas se cruzan. En el mártir queda la satisfacción. Erigido como héroe, fue bien interpretado. Muchos: llenan sus ojos del mañana.
De nada sirve lo que hoy ocurre si, tras pasar la jornada, es pasado olvidado. No cuenta lo que solo pasa por la mente sin apoderarse del espíritu. En ocasiones me pongo a pensar si la inmortalidad es una señora que lleva el traje del amor o acaso un señor que cada día rebasa -con años en cúmulo- el paso de su propio tiempo y aún después de nuevos días continúa siendo joven, lucha por todo lo ganado.
Así, muchos de los grupos que en septiembre de 2007 llegaron a estos predios, luego de que la UCI tuviera su primera graduación, hoy cruzan el umbral a una nueva dimensión en sus vidas. Recorriendo este camino llamado Universidad -como el sueño de todos y cada uno de aquellos jóvenes que, desde toda Cuba, apostaron por la informática- ya están a punto de convertirse en profesionales.
El reflejo de todo lo aprendido está en esos trabajos que van presentándose en estos últimos meses del curso, marcando el fin de los cinco años. El ejemplo, la entrega, el hacer: quedan demostrados junto al compromiso. Todos quieren igualar la trayectoria, participar del triunfo... crecer.
Nadie puede perder de vista lo que importa. Aunque en ocasiones creamos que el mundo o las circunstancias son más fuertes o hasta infranqueables; lo importante está en no desistir.
Ahora, estos casi graduados, van recordando los momentos de júbilo o felicidad; los instantes de secreta tristeza; las horas de estudio, en las que no bajaba la musa del conocimiento, o los esfuerzos reconocidos en gran medida.
Fácil, quizás, fue lograr la conexión con esos jóvenes profesores que se presentaron en sus aulas y algunos, casi seguro, heredarán la responsabilidad de formar a los ingenieros del futuro.
La presencia en los festivales de artistas aficionados, en los juegos deportivos, en Mi web por Cuba o en la Jornada Científica, entre otros eventos; identifican, como memorias, el paso de una tropa que con razones suficientes anda a nuevos horizontes. El orgullo les toca y las huellas cobran vida en el libro de la UCI.