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Aylín Labañino Cardoso, hija de Ramón Labañino, quien desde hace más de una década no goza del cuidado y la ternura paternal.

Apoya la UCI jornada por los Cinco

Liliana Palomino Lastre |
13 de Septiembre de 2012 / 6:59 pm

Aylín Labañino Cardoso, hija de Ramón Labañino, quien desde hace más de una década no goza del cuidado y la ternura paternal.

Otro aniversario más sin la presencia de Cinco cubanos en nuestra tierra puso en pie de lucha a los estudiantes de conjunto con su pueblo.

El despliegue de dibujos y mensajes en forma de grafitis, en la principal arteria vial de la UCI, fue una de las muestras más sensibles que exteriorizó la exigencia del fin de la injusticia.

Un Twitazo que gritó al mundo las verdades de los Cinco Héroes, manipuladas por intereses inescrupulosos, también constituyó una rotunda forma de protesta. Estudiantes y profesores resolvieron comunicar esta situación que aflige a millones de cubanos, en conjunto con otros centros universitarios e instituciones que se despliegan en acciones buscando la definitiva excarcelación.

Contamos, además, con la visita de Aylín Labañino Cardoso, hija de Ramón Labañino, quien nos permitió ser partícipes de las dolorosas vivencias que durante todos estos años ha encarnado. Este momento fue la oportunidad para conocer detalles de la realidad enfrentada por su familia.

Sus reflexiones giraron al respecto de la percepción de estos Héroes, que primeramente se les debe mirar como seres humanos susceptibles ante la separación de la familia, de la Patria y de otros derechos que les son negados.

La emoción de esta joven, quien desde hace más de una década no goza del cuidado y la ternura paternal, fue inevitable y con ello la identificación total de los que quedamos perplejos al vivir su cruda realidad. Dijo, además, estar dispuesta a continuar luchando hasta obtener la liberación, no solo de su papá, sino de los Cinco que ahora conforman una familia.

Los asistentes a este intercambio no tardaron en mostrarle el apoyo y la identificación total con su causa. Varios estudiantes y profesores expusieron su incondicionalidad en las intervenciones, con un ímpetu que plagó de fuerzas revitalizadas a Aylín para continuar en este exhaustivo camino que con el paso del tiempo se agiganta.