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Como fieles continuadores de los principios de unidad dictados por la Guerra Necesaria de José Martí, daremos el sí por la Constitución de Cuba. Foto: Tomada de Internet

La Guerra Necesaria, continuidad de la Revolución

Nancy Pérez Medina |
24 de Febrero de 2019 / 4:00 am
Como fieles continuadores de los principios de unidad dictados por la Guerra Necesaria de José Martí, daremos el sí por la Constitución de Cuba

Como fieles continuadores de los principios de unidad dictados por la Guerra Necesaria de José Martí, daremos el sí por la Constitución de Cuba. Foto: Tomada de Internet

El examen minucioso de los factores, que dieron al traste con la contienda de los 10 años, demuestra que la división interna y las indisciplinas de las tropas sobresalen como las mayores responsable del fracaso. Emana otra importante lección histórica: el valor de sobreponerse a las dificultades para saber convertir los reveses en victoria.

“Aceptamos Giros. Arturo”, con esa lacónica frase, enviada por correo desde la emigración en Nueva York, Juan Gualberto Gómez admite la propuesta, de comenzar, en la segunda quincena del mes, la lucha de los mambises, preámbulo del 24 de febrero de 1895, cuando la Revolución por la independencia, iniciada en Yara, abre un nuevo período.

Después de varios años de organización vuelven los combatientes de 1868, de Céspedes, ahora junto a los recursos aunados por José Martí, quien realizó una titánica labor, hombre por hombre, según deja constancia en carta escrita al General Antonio Maceo.

Los buenos cubanos retornaron a la manigua dotados de una concepción integral, elaborada por el Maestro, que tenía como principio fundamental la unidad de los patriotas en torno a su único Partido Revolucionario Cubano.

Días antes de la contienda, por una delación o imprudencia, desaparecen, en un instante, todos los esfuerzos organizativos de una década: sin embargo, la decisión fue comenzar la Guerra Necesaria con lo poco que quedaba.

Así resulta el 24 de febrero, día de lucha, de entrega al suelo patrio, de altruismo y defensa de la tierra que nos vio nacer, por eso constituye una fecha crecida por la historia. El también conocido como Grito de Baire, aunque ocurren 36 levantamientos simultáneos en toda la Isla, sigue siendo un vigente llamado por la defensa de la soberanía, hermanado a la lucha antimperialista, por la comprobada convicción de que la anexión a Estados Unidos negaría a la nación y significaría perder la Patria.

El presente continúa reclamándonos otros 24 de febrero, imbuidos en el mismo patriotismo martiano, conscientes del peligro yanqui para Cuba y el continente, y convencidos de que la integración latinoamericana es la única opción factible para enfrentar al Imperio.

Defensor siempre de que un mundo mejor es posible, Fidel Castro Ruz encarna la continuidad del legado eterno de José Martí, como su mejor discípulo y lazo indivisible entre las luchas independentistas del siglo XIX por la independencia de Cuba y la revolución triunfante en 1959.

El reto, en el nuevo Grito de Baire, es saber ser dignos de todos aquellos que cayeron por la Patria y refrendar la nueva Constitución de la República de Cuba, que dará continuidad a nuestro sistema socialista y a la Revolución Cubana.