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EL grupo está unido, y la misión sigue siendo una sola: ayudar al país a mantener lo más controlada posible la situación y mantenernos sanos para regresar a nuestras casas.

Jóvenes VS la Covid-19: momento de pruebas

Joven protagonista |
17 de Abril de 2020 / 9:30 am
Jóvenes en el Centro de Aislamiento UCI-Minsap

EL grupo está unido, y la misión sigue siendo una sola: ayudar al país a mantener lo más controlada posible la situación y mantenernos sanos para regresar a nuestras casas.

Ha sido un día largo, y digo largo en específico porque además de la distribución normal de las tareas que nos tocan, hoy toca guardia, y debemos estar las 24 horas recibiendo nuevas personas.

Al cumplirse el tercer día del Centro de Aislamiento, comienza a ser un momento decisivo, ya que está comprobado por varios estudios que del tercer al séptimo día, el virus SARS-COV-2, comienza a manifestar síntomas de la enfermedad, y este, es el motivo de este Centro de Aislamiento, tener doctores y enfermeras haciendo recorridos para detectar cualquier síntoma de la enfermedad.

Mis sobrinos se mantienen estables, mi ahijado, al cual les presentaré hoy, también.  Sobre esto y más hablaremos hoy, en nuestro día de pruebas.

Bitácora del día 3

El estado de las tropas es estable, todos gozamos de buena salud y aunque algunos han tenido que renunciar a las botas por lo duras que están, todos estamos acostumbrando al cuerpo a cumplir las tareas. Al mediodía llega una guagua con transporte de Salud Pública, se incorporan 6 enfermeras y 2 doctores, el objetivo, poner a funcionar otra manzana con nuevas capacidades para el Centro de Aislamiento.

En total suman 20 sanitarios haciendo su labor y a los 10 jóvenes voluntarios se nos suman otros 5 trabajadores de la Universidad, aunque estos últimos comienzan a trabajar en el recibimiento de los huéspedes que van a tener en horas de la tarde y hasta que amanece. EL grupo está unido, y la misión sigue siendo una sola: ayudar al país a mantener lo más controlada posible la situación y mantenernos sanos para regresar a nuestras casas.

El día termina con la satisfacción de haber dado el alta a 12, que cumplieron en nuestro Centro su tiempo de aislamiento y el resultado de sus pruebas dio negativo. A partir de las 8 de la noche se esperaban unos 80 que debían estar llegando fundamentalmente desde el municipio capitalino del Cerro. La batalla continúa y seguimos venciendo.

Marcas del día

Hoy dedico las marcas a las pruebas que nos pone la vida y a comentar algunas muy duras que se han vivido.

Escaleras al alma: Repartir la alimentación sin que se puedan tocar las personas no sería una tarea sencilla. Pero la situación se vuelve compleja cuando entre las personas a las cuales se les tiene que entregar cada alimento, no puede existir ningún contacto. Debemos mantener los alimentos calientes y en óptimo estado higiénico y a la vez garantizar que todos se sientan bien atendidos.

En estos días tuvimos que repartir 10 platos (el máximo tomando en cuenta que generalmente se reparten entre 6 y 8): arroz, ensalada, vianda hervida, pollo, sopa, mermelada de mango y queso de postre, y una tajada de melón por paciente. Todo esto incluía además un pan con queso y un refresco.

Ahora bien, cada joven tiene un paso de escalera que atender, y para repartir esos 10 platos debe cargar toda la comida desde donde la deposita el carro, hasta los apartamentos y una vez allí mantener todos los requisitos de limpieza y orden. Contamos 45 escalones en un edificio hasta el último piso y otros 35 en otro, esto nos dio 80 escalones a subir para darle comida a 18 pacientes que se encuentran en el último piso. Teniendo que subir mínimo 3 veces para llevar esa gran cantidad de platos a cada edificio, nos hemos dado cuenta que en un evento de este tipo son 240 escalones los que se suben, y esto señores, es en buen cubano un tronco de ejercicio que asumimos como importantísimo a la hora de mantener la vitalidad de la Villa.

Fue en una de esas subidas de escalera que un paciente comentó: “Oiga, usted hoy va a terminar cansado de subir escaleras, cuando llegue a su casa no va a servir para más nada”. A lo que el joven respondió que nos tocaba quedarnos aquí los 14 días del aislamiento, fue entonces que el paciente nos dijo: ”Qué duro, subir esto todos los días hay que tener ganas y ponerle toda el Alma”. Y es así con esa fuerza que nos sentimos y nos vamos impulsando.

El ahijado: Odanis es un joven blanco, de ojos claros y saltones, cejas tupidas y de complexión delgada. Natural de Alamar en La Habana, se nota que le gusta ver televisión, porque lleva desde que llegó pegado a ella. Me llamó la atención que siempre llevaba la misma ropa, hasta que no pude más y le pregunté, a lo que el muchacho me respondió: Es que yo salí al hospital porque me sentía mal, no tuve tiempo de avisar a nadie, del hospital Naval me remitieron hacia acá directo, y ando con esta ropa solamente.

Fue entonces que lo ayudé a contactar con su madre, que estaba envuelta en llanto de preocupación por su hijo, también lamentaba que no iba a poder llegar a traerle ropa, debido a la restricción del transporte público y a la distancia del lugar, fue entonces, para calmar a su madre y como realidad de lo que estaba viviendo, que Odanis le dice a su madre: “Ma, tranquila, que mi padrino me resuelve todo lo que necesito, menos cigarro, pero a lo mejor dejo el vicio”. Este chico estuvo preso por dejarse llevar por malas influencias, y me confiesa que estar aquí lo ha ayudado a pensar bien, que va a volver a estudiar el técnico medio, y que va a ponerse a trabajar nada más que salga. La familia que está aislada con él, también lo ha cogido como un nuevo miembro, y yo, al ver cómo un joven que podría haber perdido su rumbo, lo vuelve a encontrar, solo pienso en que sigo en el lugar correcto, y sumo un ahijado nuevo a la familia. Por cierto, cumple el día 15, veremos qué se puede hacer.

Prueba de valor: La tercera marca nos la da un suceso normal, el día anterior, uno de los pacientes comenzó a tener fiebre y malestar, automáticamente es detectado y remitido a un centro hospitalario. Le realizan la prueba e informan en este tercer día que el resultado de la prueba es positivo. Imagine los rostros de los que llevaron la alimentación, de los que cambiaron las sábanas, nos miramos todos y de pronto alguien sugirió: “No pasa nada, seguimos cuidándonos y tomando todas las medidas, para eso estamos aquí, a situaciones como esas nos enfrentamos”. Y tenía razón, a ese enemigo común nos enfrentamos, y puede haber casos positivos, pero van a ser muchos más los negativos, y en buena medida, por nuestro apoyo.

Vamos a hacer que las personas recuerden haber estado aquí. Vamos a hacer que nosotros no nos enfermemos bajo ningún concepto. Es una prueba de valor enorme, y requiere que todos estemos bien enfocados, pero con los pantalones bien puestos.

Seguiremos trabajando, y obteniendo para nosotros las marcas de esta experiencia. ¡¡¡Nos vemos mañana, Diario!!!

 

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