El edificio de sueños sigue desafiando milagros
Después de 21 años, el hecho sigue pareciendo un milagro. En solo 106 días se levantó el edificio de sueños, tecnologías y conocimientos, con destino a la Informática y al desarrollo de la industria del software en la Isla. Fue así que los principales protagonistas de la obra, diseñada por el Líder Histórico de la Revolución Cubana, irrumpieron en las aulas.
De las entrañas del Centro de Exploración y Escucha Radioelectrónica "Base Lourdes", operada por Moscú entre 1967 y 2001, emergió el Proyecto Futuro. Un año después cobró vida la idea de Fidel.
En pocas palabras, la Base Lourdes de Torrens se transformó en una Institución Experimental Educacional y Productora de la rama de la Informática.
Todavía el significado de dos momentos, seduce el recuerdo, el 7 y 12 de agosto de 2002. En lo adelante, la diligencia, visión y arrojo del estratega del Moncada, la Sierra y tantas creaciones, se hizo notar.
Como un volcán en erupción, llegó Fidel el 7 de agosto de 2002 a las áreas constructivas. Elevó la temperatura de los ejecutores. Los impregnó de su fuego. Y 12 días más tarde, sostuvo un encuentro con los cuadros seleccionados para echar a andar la naciente Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI). Nada quedó en el aire.
La marcha del primer curso académico, contra todo augurio, principió entonces. Dos mil ocho estudiantes y más de trescientos profesores de todo el país anunciaron al mundo, que, su responsabilidad para con la innovación, la formación integral y el desarrollo de productos y servicios informáticos, iba en serio.
Cuando la euforia sobrevoló el campus universitario, ese 23 de septiembre, la Tropa de Futuro selló su compromiso profesional, sobre todo con la obra de la Revolución y el legado del Comandante en Jefe.
Tras dos décadas de empeños, la Universidad de Fidel sigue sobre ruedas. Los más de 16 mil titulados de ingeniería, entre ellos técnicos superiores, se yerguen como el baluarte más valioso, al decir de la calidad de los egresados.
Este 23 de septiembre el estreno de la enseñanza en esta casa de altos estudios, arribó al curso académico vigésimo primero.
Los hombres de ciencias, por los que abogó el promotor e ingenio de esta institución, continúan aportando a la sociedad de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en el país.
Baste señalar, el avance alcanzado en el desarrollo de los programas académicos y del trabajo científico. Se perfiló el crecimiento y formación de los docentes. Más de 77 doctores respondieron a la calidad de la enseñanza y el educando. Y más de tres centenares de másteres prestigiaron el colectivo de profesores.
Después de 21 años, la UCI revalida su adeudo con la excelencia para con el propio centro, la comunidad universitaria, la sociedad y la nación. Esa exploración constante y cristalina, prevalece. Esa evolución, ese espíritu uciano, ese edificio de sueños aún, sigue desafiando hasta los milagros.