Una tarde llena de poesía en el Café literario
Eduardo Kovalivker, Embajador de las Letras de la Sociedad Argentina de Escritores.
Mi objetivo siempre fue que mi obra sea conocida principalmente por la juventud.
Hoy la informática cubre el planeta como si fuera un elemento más de la atmósfera terrestre.
El mundo está abierto para mostrar el bien y para mostrar el mal.
Quiero que mi obra también vuele, que sea parte del aire, a disposición de todos, sin costos para nadie, por eso armé este sitio.
Van a encontrar mi vida, y la de ustedes.
Eduardo Kovalivker.
Continúan las actividades en la UCI en saludo a la Jornada por la Cultura Cubana, y esta tarde de viernes estuvo llena de poesía, pues nuestra casa de altos estudios convidó a un Café literario que se desarrolló en el Lobby del Centro Cultural Wifredo Lam.
Los invitados esta vez fueron: Pierre Bernet, coordinador del Festival de Poesía de La Habana; el escritor Eduardo Kovalivker, embajador de las letras de la Sociedad Argentina de Escritores y ganador en 2013 de la Faja de Oro en su país; María Aitana Alberti, hija del escritor español Rafael Alberti y la poeta argentina María Florencia Sobrero.
Para dar inicio a la actividad fueron leídos dos cuentos: Psicoanálisis y Mosquito. El primero de Marta Acosta Álvarez y el otro de Geonel A. Rama Alemán, concursantes de Literatura en el Festival Nacional de Artistas Aficionados que se celebrará próximamente en Santiago de Cuba.
Una muestra de tres títulos de Kovalivker: Encuentros, Cosas perdidas y la novela El misterio de Santa Margherita; y uno de María Florencia Sobrero: Milagro, fueron repartidos en el encuentro como un regalo para los asistentes.
Cada invitado llenó la tarde con la lectura de los versos de su autoría y Elizabeth Reinosa, trabajadora de la Dirección de Informatización, también nos deleitó con sus poemas Jugamos a hacer el agua y Streptease de la memoria.
Por su parte, María Aitana Alberti realizó una donación de un libro escrito por su padre Rafael Alberti y un ejemplar de poesía de su autoría para que fueran conservados en la Biblioteca de nuestra Universidad.
Sin dudas una tarde para compartir, llena de poemas, y acompañados del exquisito café o té.