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Un profesor no se forma de la noche a la mañana. Tampoco, un educador. Sin embargo, hay quienes en este centro revolucionan los patrones del magisterio, similar a lo que en 1961 consiguieron los alfebetizadores cubanos.

Con apenas cuatro años de labor Leyriel Zurita González se ha convertido en uno de los profesores más destacados de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI). En septiembre de este curso fue acreedor del Premio del Rector en el acápite de profesor guía.

Para este profesor de la Facultad de Tecnologías Educativas (FTE) esa tarea de responsabilidad, resulta de especial agrado.

“Me gusta ser profesor guía”, admite el joven avileño, quien siente también predilección por La Odisea de Homero y el Fútbol Club Barcelona.

Zurita González es un estudioso de la didáctica y el conocimiento de sus alumnos. Lo percibo así. Se entrega a esa pasión con dinamismo, ingenio y atrevimiento, aseguran sus amistades.

Tiene la certeza de que la conversación con los estudiantes en todos los espacios, así como el constante intercambio con ellos y su familia, es primordial.

De acuerdo con la experiencia de este egresado de la UCI de 2016, donde más se conoce a los educandos es visitándolos en la Residencia estudiantil.

 “Es un reto para nosotros los profesores influir positivamente en el estudiante, en los que vienen con varias ‘lagunas’ en el conocimiento y en la personalidad”.

Tenemos que ser capaces de desarrollar en ellos, afirma, el valor de la responsabilidad, la convivencia social y los métodos de estudio.

Un buen trabajo educativo, requiere primero “planificar a principio de año junto a la brigada una buena estrategia educativa, en la que se trabajen las tres dimensiones, la curricular, la extracurricular y el trabajo político ideológico”, senaló el también maestrante de Ciencias Matemáticas en la mención de enseñanza, de la Universidad de La Habana.

Cuando Zurita habla de la transformación que observa en sus estudiantes al final del curso y del respeto en el saludo, salta a la vista su orgullo por ser profesor guía.

“Creo que los estudiantes que han estado en mis grupos son un pilar fundamental para alcanzar este premio”.

Los logros alcanzados son compartidos con sus alumnos, precisó el joven profesor, quien detalló las diferentes movilizaciones, actos, guardias, juegos, festivales y eventos científicos en los que, juntos, han crecido como ejemplo en la facultad.

Ser un Premio del Rector significa “más compromiso con la Universidad y con la Revolución que me permitieron formarme aquí y ser un profesional competente. Creo que es un objetivo alcanzado, pero no la meta”.