Los Conrados Benítez de estos tiempos, también emergen de la UCI
Un encuentro significativo con integrantes del Movimiento de Alumnos Ayudantes (MAA) y de la tarea Educando por amor sostuvieron este jueves, directivos de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) en presencia de vicedecanos.
El Dr.C. Gerdys Ernesto Jiménez Moya, vicerrector de Formación, y la Dra.C. Ailec Granda Dihigo, directora del Centro de Innovación y Calidad de la Educación (Cice), abordaron los temas referidos al seguimiento y atención docente en la facultad, la participación en las preparaciones metodológicas, así como las principales necesidades en las escuelas de La Lisa.
En el Salón de Eventos del docente Camilo Cienfuegos, los Conrados Benítez de estos tiempos contaron sus experiencias y el crecimiento profesional que les ha aportado, además de reiterar la preocupación principal en relación con la transportación de ida y regreso a las escuelas, una complejidad general del país en la cual, según los directivos, la institución hace las gestiones para garantizar esa movilidad.
La UCI tiene una membresía de 96 alumnos ayudantes distribuidos por facultades y cuenta con unos diez estudiantes, además, en la tarea Educando por amor. Más de cien educandos de esta casa de altos estudios están involucrados en el proceso de enseñanza en los Preuniversitarios y Secundarias Básicas en La Lisa.
Durante la cita, se reconoció la encomiable labor de los estudiantes que apoyan la docencia en la propia Universidad y en escuelas del municipio y se exhortó a intencionar desde temprano la preparación y certificación del idioma inglés, requisito de evaluación para titularse de ingenieros.
De lo provechoso que resulta la enseñanza para nuestros pilares de la educación, dio fe el estudiante de quinto año de la Facultad 1, Alejandro Romero Martínez.
“Siempre me gustó facilitar el estudio a los demás desde los primeros años de mi carrera de Ciencias Informáticas”, expresó el alumno ayudante, quien considera su reto principal, “ayudar a mis compañeros a estudiar”.
“Pienso que estoy contribuyendo a ayudar a un nuevo colega que se gradúa. Porque el quid de la cosa -subrayó- está en no rendirte con el estudiante de bajo rendimiento, aunque algunos no estén motivados”.
Y es que, en este joven de La Habana del Este, se percibe su vocación para la instrucción. Romero Martínez proviene de una familia de educadores. Su papá, según reveló, imparte clases en la Universidad de La Habana, su hermano en el Pedagógico “Enrique José Varona” y una generación más atrás, su abuela, fue de las maestras normalistas. Sin dudas la genética, jugó un rol protagónico en este alumno ayudante de Programación.