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24 de febrero: El estallido de la Revolución Martiana

Dr. Oscar Julián Villar Barroso |
24 de Febrero de 2012 / 4:03 am

El 24 de febrero de 1895 se reinició la revolución por la independencia de Cuba, que a su vez constituyó uno de los acontecimientos más importantes ocurridos a fines del siglo XIX en América Latina y cuyo resultado fue el fin del colonialismo español de ultramar. Desgraciadamente esta contienda sirvió también de escenario a la primera guerra imperialista en la historia de la humanidad y al debut oportunista, en su nuevo rol, al imperialismo norteamericano, lo que sirvió de paso para dar la razón, de manera categórica a José Martí.

La guerra iniciada un día como hoy fue la continuación del proceso revolucionario iniciado por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, que se extendió por diez años y culminó con la firma del Pacto del Zanjón, por una parte, con y la Protesta de Baraguá protagonizada por el Mayor General Antonio Maceo Grajales, el 15 de marzo de 1878.

Un año después se desarrollaría, en dificilísimas condiciones, la Guerra Chiquita (1879-1880), que también concluyó en fracaso. Sin embargo, ambos eventos le aportaron a los revolucionarios cubanos un cúmulo importante de experiencias, tanto positivas como negativas, que serían aprovechadas luego por la nueva generación de patriotas.

A José Martí le cupo el honor de encabezar este nuevo esfuerzo emancipador. El Apóstol estudió con profundidad las causas que propiciaron los reveses de los cubanos en las guerras precedentes y trabajó intensamente para dar solución a los principales problemas que habían dificultado la obtención del triunfo. Martí elaboró las concepciones político-estratégicas y organizativas de la nueva alborada y para ello fundó el Partido Revolucionario Cubano, que aunó esfuerzos y voluntades y mediante el periódico revolucionario Patria, unido a su incesante intercambio de cartas y presentaciones públicas que posibilitaron unir a los patriotas y poner al país en pie de lucha nuevamente.

SITUACIÓN DE CUBA A INICIOS DE 1895

Política

- Los cargos del gobierno de la Isla permanecían casi por completo en manos de peninsulares y era controlado por los comerciantes y burócratas españoles que se oponían a toda concesión para los cubanos. Más de 91 000 personas vivían de parásitos del Estado.

- Aumentó considerablemente la corrupción administrativa. Muchos funcionarios se hacían de grandes fortunas a través del robo de los fondos públicos.

- El fracaso del Partido Autonomista demostró que no se había resuelto la contradicción Metrópoli - Colonia.

- Incumplimiento de lo pactado en El Zanjón.

- Las actividades organizativas y conspirativas de José Martí se habían extendido por toda la América y auguraban el próximo rompimiento con España.

Económica

- El presupuesto de la Isla era utilizado para fines muy ajenos al desarrollo económico, tales como costear a las tropas españolas, mantener la plaga de funcionarios burócratas y cubrir los gastos de la administración colonial. Del presupuesto para la Isla solo se utilizaba el 30% para su desarrollo.

- El programa económico de la colonia se veía frenado por una carga abrumadora de tributos.

- La deuda pública era de 100 millones de pesos en enero de 1895.

- Los aranceles impuestos por España a los productos cubanos resultaban perjudiciales.

- El comercio continuaba limitado por las medidas arbitrarias de España y los altos aranceles aduaneros limitaban el comercio con Estados Unidos.

- Se habían acentuado las diferencias entre las regiones oriental y occidental, como resultado de la Guerra de los Diez Años.

- La creciente deuda del estado español se cubría con el presupuesto de la colonia.

Desde el punto de vista social

- Cuba carecía de servicios médicos, caminos y escuelas.

- La población vivía en una total miseria.

- Los trabajadores, vivían con salarios de miseria, debían pagar caros precios por los artículos de consumo debido a los altos impuestos.

- Los negros, convertidos en trabajadores agrícolas o del central, continuaban viviendo en condiciones similares a las de la esclavitud.

- Los colonos de las regiones del Centro y Oriente se encontraban agobiados por deudas.

- El 76% de la población era analfabeta y a la instrucción pública solo se dedicaba el 1.34% del - presupuesto de la colonia.

José Martí, después de enviar la orden de alzamiento a Cuba el 30 de enero de 1895, embarcó para República Dominicana con vistas a reunirse con Máximo Gómez y de ahí trasladarse para Cuba. Antes de partir hacia Cuba redactan y dan a conocer el Manifiesto de Montecristi o Proclama del PRC. Creado el 25 de marzo de 1895 en República Dominicana por Gómez y Martí, en este documento se expresa la continuidad del proceso revolucionario que se inicia: “…La revolución de independencia iniciada en Yara, después de preparación gloriosa y cruenta, ha entrado en Cuba en un nuevo período de guerra…”. El Manifiesto de Montecristi y la Asamblea de la Mejorana marcarían las pautas del inicio de la contienda.

Manifiesto de Montecristi

- El carácter popular y de integración nacional que tendrá la guerra y el significado latinoamericanista que tiene la lucha.

- Este documento se convierte en el programa de la Revolución. Expresa que la lucha de los cubanos es contra la política del gobierno español no contra su pueblo.

- Ratificaba que era una etapa nueva de lucha, exponiendo claramente sus objetivos internacionales con un inocultado anhelo de unir las naciones latinoamericanas y caribeñas.

- Aspiraba a una nación con igualdad racial, donde desaparecieran para siempre los funcionarios corruptos y el pueblo unido trabajara por el progreso de la Patria.

- Demuestra cómo se había madurado y radicalizado el pensamiento revolucionario del pueblo cubano.

- Pone de manifiesto el carácter democrático, popular y latinoamericano de la guerra que se inicia.

- Muy importante dejar claro, que es este Manifiesto el programa de Lucha de la Guerra Necesaria.

Reunión de La Mejorana (5 de mayo de 1895). En ella se acuerda:

- Forma en que se manejaría el gobierno independentista.

- La estrategia que se llevaría a cabo: la Invasión a Occidente.

- Martí como delegado del Partido.

- Ascendido José Martí a Mayor General del Ejército Libertador.

La fundamentación y la organización de esta nueva guerra por la independencia se realizó con una calidad superior y una justificación inobjetable, sin embargo, hay todavía autores españoles que alegan lo contrario y en ese sentido se publican cosas como esta: “…El 24 de febrero de 1895 la mayor parte de los habitantes de Cuba no deseaba una guerra de independencia, porque se acababa de votar en el parlamento de Madrid por reformas liberalizantes para la Isla…"1 este mismo autor justifica que no se aplicaron las reformas en Cuba por haberse ido los cubanos a una guerra “innecesaria” y porque Martí actuó de mala fe.

La mañana del 24 de febrero encuentra acampado en Bayate al general Bartolomé Masó, quien ordena al capitán Amador Guerra que se dirija a Cayo Espino, donde existía un destacamento de la Guardia Civil y lo asediara. Minutos después el citado capitán batía al destacamento indicado al grito de ¡Viva la Independencia! ¡Viva Cuba Libre!

Ese mismo día Bartolomé Masó hace pública la proclama del levantamiento, la que está en plena correspondencia con el Manifiesto de Montecristi que habrían de rubricar Martí y Gómez antes de partir hacia Cuba.

PROCLAMA SEPARATISTA

Tanto como nosotros, tendréis que convenir en la justicia de nuestra causa; mas, no debemos llamaros a que nos ayudéis a defenderla; eso queda a vuestro juicio y a vuestra voluntad.

Sí, debéis saber, que mientras no nos seáis hostiles, os consideraremos y trataremos como a cubanos, respetando igualmente vuestros intereses. Y sabed, por último, que al hablaros así, obedezco tanto a mis naturales sentimientos, como al programa de nuestra Revolución.

¡Queremos la independencia para todos!

Cuartel General, en Bayate, a 24 de febrero de 1895.

(f) Bartolomé Masó

Como se pudo apreciar, a inicios de 1895 la realidad cubana era en extremo delicada y esto se tradujo en que se concretara nuevamente una situación revolucionaria en el país, lo que se veía favorecido por la labor concientizadora desarrollada por Martí y los patriotas comprometidos con la independencia.

Principales alzamientos en la Guerra del 95

- En Occidente todos los alzamientos fueron rápidamente sorprendidos y fracasaron.

- En Ibarra, Matanzas, Juan Gualberto Gómez se alzó, pero fracasa.

- La Habana no se levantó, sus principales dirigentes fueron apresados.

- En Pinar del Río decidieron esperar.

- En Las Villas no hubo alzamientos. Francisco Carrillo fue apresado y desterrado.

- En Camagüey, Salvador Cisneros Betancourt no pudo iniciar el alzamiento.

- Pedro Agustín Pérez se alza en Guantánamo.

- En Santiago se alza Guillermón Moncada.

- En Baire, Saturnino Lora.

- En Holguín, Mala Noche, José Miró Argenter.

LA ASAMBLEA DE JIMAGUAYÚ

Se produjo en Camagüey en septiembre de 1895, con el propósito de unir a todas las fuerzas independentistas bajo la dirección de un gobierno y de ordenar legalmente la nación en armas. En ellas se enfrentaron dos criterios con respecto a la forma de gobierno: el Cuerpo de Ejército de Maceo, proponía la creación de un gobierno dirigido por las altas autoridades militares, para evitar los inconvenientes derivados de la supremacía del poder civil; el resto defendía el establecimiento de un poder civil aunque separado y sin facultades para decidir cuestiones militares. Esta última posición, con 15 votos a favor y 5 en contra, sería la triunfante.

Principales cargos del gobierno de la República en Armas y personalidades elegidas en Jimaguayú para ocuparlos:

- Presidente: Salvador Cisneros Betancourt.

- Vicepresidente: Bartolomé Masó.

- Secretario de Guerra: Carlos Roloff.

- General en Jefe del Ejército: Máximo Gómez.

- Lugarteniente General: Antonio Maceo.

LA GUERRA

La llegada a la Isla de los principales jefes de la nueva revolución: Martí y Gómez por Playitas de Cajobabo y de Maceo por Duaba, le insuflaron nuevas energías al proceso y los levantamientos se fueron sucediendo uno tras otro, la revolución en marcha desbordó con creces los esfuerzos del régimen colonial español.

Por entonces fungía como Capitán General Emilio Calleja e Isasi, y bajo sus órdenes tenía un ejército regular de 16 000 efectivos, que fue reforzado en marzo de 1895 con unos 8 300 más, llegando a contar con cerca de 24 000 militares regulares. A estos se sumaban los miembros del Cuerpo de Voluntarios, los de la Guardia Civil y otras fuerzas paramilitares, todos perfectamente pertrechados y abastecidos.

Por otra parte, los insurrectos que se alzaron en armas no sobrepasaban los 4 000 combatientes y estaban muy mal armados y carentes, en su inmensa mayoría, de una adecuada organización y preparación militar. Así las cosas, la correlación de fuerzas era de 7 a 1 a favor del enemigo, sin embargo, ni el General Calleja ni su sustituto, el mismísimo General Arsenio Martínez Campos, pudieron sofocar la insurrección en Oriente, siendo destituido este distinguido militar en enero de 1876.

Para sustituirle y, con la encomienda de derrotar a los cubanos a cualquier precio, fue designado el Capitán General Valeriano Weyler, quien bajo el lema ¡Hasta el último hombre y hasta la última peseta!, optó por desgastar a los insurrectos mediante cueles medidas que le privaran de todo tipo de apoyo del campesinado. De tal manera aplicó la política de la reconcentración, una medida de una crueldad desconocida hasta esa fecha por la humanidad y que, aunque diezmó a la población cubana, no consiguió detener el empuje de las huestes insurrectas.

Para entonces, España había destacado en Cuba a unos 250 000 militares, que eran dirigidos por 40 de sus más experimentados generales que se auxiliaban en casi 7 000 oficiales. Peleaban del bando de España otros 80 000 hombres entre voluntarios, guerrilleros y otras fuerzas auxiliares. Según el historiador cubano Enrique Collazo, quien también fue general del Ejército Libertador, los patriotas cubanos lo más que tuvieron sobre las armas fueron 45 031 hombres, pero fueron suficientes para poner en jaque al poderío español y para hacer fracasar los planes de Weyler, que al no poder contener a los insurrectos cubanos, fue sustituido por el general Ramón Blanco, que cambió la política de su predecesor e infructuosamente implantó un régimen autonómico a partir de enero de 1898.

PRINCIPALES HECHOS DE GUERRA

Campaña de Oriente. (2da quincena de mayo de 1895):

Estuvo dirigida por Antonio Maceo, la batalla más importante fue Peralejo (13 de julio de 1895), en dicho combate fue derrotado Arsenio Martínez Campos y resultó muerto el General Santocildes. Con ello se puso en pie de guerra a todo Oriente. Otros combates de dicha campaña fueron: Jobito (13 de mayo de 1895). Maceo chocó con una columna española por los alrededores del río Jobito, durante un día entero, teniendo 50 baja ambos bandos, y Sao del Indio (31 de agosto de 1895) donde se logra una rotunda victoria haciendo retroceder a las tropas españolas hacia Guantánamo.

Campaña Circular (junio de 1895):

Dirigida por Máximo Gómez, se desarrolló alrededor de Puerto Príncipe, hoy Camagüey, su duración fue desde junio de 1895 hasta julio de ese mismo año. Puso en pie de guerra al legendario Camagüey. Se llevan a cabo combates en Alta Gracia, el Mulato y San Gerónimo.

Campaña de la Lanzadera

Se llevó a cabo al este de La Habana, dirigida por Máximo Gómez, su duración fue desde enero de 1896 hasta marzo de ese mismo año. Su objetivo era llamar la atención de todos los españoles para ayudar a Maceo en la parte más occidental. Cumplió su cometido.

Campaña de Occidente (24 de enero de 1896 al 3 de diciembre de 1896)

Se desarrolló en Pinar del Río y la parte occidental de La Habana y estuvo dirigida por Antonio Maceo, con ella se logró batir a las columnas españolas destacadas en esta región y se obtuvieron triunfos como en Paso Real. Maceo penetró en La Habana, en San Antonio de las Vegas y Matanzas. Resulta significativo señalar, que con patriotas mal armados y harapientos se libraron 92 combates y se burló y derrotó a fuerza enemigas superiores a los 20 000 hombres.

Campaña de La Reforma

Se llevó a cabo en Las Villas, dirigida por Máximo Gómez, la táctica empleada fue la Guerra de Guerrillas, con las que consiguió mantener en jaque a las tropas españolas. Su duración fue desde enero de 1897 hasta abril de 1898. Se cumplieron los objetivos propuestos y se le hicieron al enemigo importantes bajas siendo solo 28 las cubanas. Esta campaña desmoralizó profundamente a la tropa española, que ya estaba extenuada y era reemplazada con los denominados “Quintos”.

Campaña de Oriente (desde abril de 1896 hasta abril de 1898)

Dirigida por Calixto García. Su objetivo era eliminar cierto relajamiento en el campo insurrecto y fortalecer las posiciones mambisas. Sus batallas más importantes fueron: la toma de Guáimaro y el combate de la Loma del Hierro en Holguín.

Invasión a Occidente (22 de octubre de 1895 a 22 octubre de 1896)

- Combate de Mal Tiempo (15.12.1895): Participan Gómez y Maceo, duró 15 minutos, se lograron destruir secciones completas de españoles (200 bajas), abrió las puertas a Matanzas.

- Combate de Coliseo (23.12.1895): Se toma la estación de ferrocarril y una parte del pueblo, se enfrentan a una tropa de Martínez Campos de 2 500 hombres, los cubanos con 120 jinetes; después de una hora se retiran los españoles al no poder contener a los cubanos.

- Combate de Calimete (29.12.1895): Fue el combate más costoso de la Invasión, murieron 16 patriotas y hubo 80 heridos. La tropa de 850 españoles retrocedió, abrió paso a La Habana.

CONCLUSIONES

La guerra del 95, a diferencia de las anteriores, se extendió de un extremo a otro de la Isla y sus efectos devastadores esta vez afectaron a todos los territorios, dejando a la metrópolis sin la posibilidad de explotar la parte occidental del país donde se ubicaba el 80% de la riqueza y estaba poblada por  el 74% de los residentes en Cuba. Con ello la base económica que sustentaba el mantenimiento del régimen colonial quedó desarticulada, la producción del azúcar, el tabaco y otros productos agrícolas fue destruida y el régimen colonial perdió toda posibilidad de sostenerse.

Han transcurrido 117 años de aquellos acontecimientos que dieron continuidad a lo expresado en la Protesta de Baraguá, sin embargo, el triunfo de las huestes independentistas y la constitución de un Estado libre no se pudo conseguir como resultado de este esfuerzo supremo. Estados Unidos lo impidió con su política oportunista que le llevó a intervenir, luego de haber apoyado a España durante la contienda, en contra del régimen colonial, dejando al descubierto sus pretensiones expansionistas, que  la historia se ha encargado de corroborar, el caso de Puerto Rico es un fiel exponente de eso. La pérdida de Martí y Maceo facilitaron la intervención norteamericana.

En 1898, España resultó derrotada en su injusto propósito de mantener a cualquier precio su dominio colonial sobre Cuba, dominio que se había extendido por más de 400 años. Los patriotas cubanos, que durante más de 30 años lucharon heroicamente por lograr su independencia del colonialismo español, en el momento del desenlace fueron marginados y quedaron en medio de la frustración lo que repercutiría negativamente en las dos primeras décadas de república neocolonial.

Estados Unidos, por su parte, emergió como nueva potencia imperial en el siglo XX, de manera tramposa y oportunista invadieron a Cuba y se introdujeron en el conflicto con el objetivo de apoderarse de la Isla, para continuar expoliando sus riquezas. Sus verdaderos propósitos fueron hegemonistas, expansionistas e imperialistas.

1 Tarragó. Rafael.  “La guerra de 1895 en Cuba y sus consecuencias” Revista DIALNET  Nº 735, 2009 ISSN 0210-1963. http://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=140

Bibliografía

-Cantón Navarro, José. 1996. Historia de Cuba. El desafío del Yugo y la Estrella. La Habana: SI-MAR S.A., 1996. ISBN 959-7054-12-4.

-Colectivo de Autores; Tabloide de historia de Cuba. Los que pensaron Cuba. Curso UPT.

-Torres Cuevas, Eduardo; Loyola Vega, Oscar.2002. Historia de Cuba 1492-1898 formación y liberación de la nación. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.