El peligro de abusar de drogas porteras como el alcohol y el cigarro
La mayor peligrosidad para la vida de las personas es el abuso de las drogas porteras, consideró el doctor de la Universidad de las Ciencias Médicas de La Habana, Gabriel Lajús Barrabeitg, durante la conferencia impartida este miércoles en nuestro centro de altos estudios.
Con la problemática de las drogas en Cuba y el mundo, el investigador titular del Centro CEDRO, procuró captar la atención de la concurrencia en la galería del Centro Cultural de la UCI.
Un tiempo nada despreciable dedicó, el MSc. en psiquiatría social a los antecedentes de la política cubana de Tolerancia Cero con respecto a las drogas. Abundó, igualmente, en el aumento del consumo de drogas en el mundo y en Cuba.
Lajús Barrabeitg previno sobre los daños que ocasiona en Cuba el tabaquismo y el alcoholismo, llamadas drogas porteras por iniciar el camino a otras drogas. En el caso del alcohol, según la política del Estado, lo que no se tolera es el estado de embriaguez cuando pone en peligro la vida de otra persona y perturba el orden público, explicó. Asimismo, reconoció como una vulnerabilidad el crecimiento del tráfico de drogas en el país asociado al alza del turismo.
En tal sentido, el orador instó a sensibilizar a los decisores en la política contra el tabaquismo y alcoholismo en la nación antillana.
Durante el colofón del encuentro el también profesor de análisis transaccional del Instituto Edwin de Canadá disertó sobre el seguimiento a las tendencias de las modas, que, apuntó, se convierten en drogas recreativas.
Alertó sobre los elementos de los detergentes en polvo, tintes y suavizadores, así como de la mezcla de tabletas, pegamentos y el llamado jenkem, utilizados como drogas emergentes o de la calle que provocan efectos estimulantes y alucinógenos.
La conferencia dictada por el Dr.C. Gabriel Lajús Barrabeitg en la Galería del Centro Cultural, fue promovida por el departamento de Bienestar Universitario, la UJC y la FEU de esta institución, impulsadores de la campaña “Drogas no, gracias”.