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Los visitantes de la Residencia ! al Bosque Martiano, junto a Felo, su creador.

En el Bosque Martiano del Ariguanabo

Nancy Pérez Medina |
18 de Mayo de 2016 / 1:57 pm

Los visitantes de la Residencia ! al Bosque Martiano, junto a Felo, su creador.

La tarde de este martes 17 de mayo fue propicia a representantes de las facultades 2 y 3, y de la FICI, de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), que radican en la Residencia 1 para visitar el Bosque Martiano del Ariguanabo, ubicado en el municipio artemiseño de San Antonio de los Baños, actividad educativa que realizaron con el fin de homenajear al Héroe Nacional cubano en víspera del Aniversario 121 de su caída en combate, y en saludo al Día del Campesino y al Día contra la Homofobia.

La iniciativa de Yaisel Odriansola San Juan, especialista superior de Trabajo Educativo en la Residencia 1, se inserta en la Jornada 14×90 de nuestra institución. También participaron las instructoras de la Facultad 3 y de la FICI.  Según explicó al Periódico Mella Odriansola, fueron invitados especialmente los residentes de los apartamentos seleccionados 14×90, que este miércoles serán premiados en un acto que se efectuará en el Edificio 8.

Donde estaba el basurero de la ciudad fue creado hace 22 años el bosque por Rafael Rodríguez Ortega (Felo), anciano quien, pese a rebasar las ocho décadas de vida se mantiene activo y con deseos de seguir sembrando en la tierra y en la conciencia de los disímiles visitantes cubanos y extranjeros, de acuerdo con sus propias palabras de bienvenida, previas al toque de la réplica de la campaña de La Demajagua, donada por Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad de La Habana.

En sus dos hectáreas de extensión trabajan solo tres hombres, que con entrega conservan la ecología y limpieza. Han recreado con fantasía y gran simbolismo, una parte importante de la Historia, ofreciendo detalles poco conocidos, y han sembrado las más de 50 especies de plantas que mencionó Martí en su Diario de Campaña, deslumbrado por poder disfrutar sus últimos 38 días, después del largo exilio, de las riquezas que brinda la tierra cubana. Muchas no se encontraban ya en occidente y tuvieron que recorrer la Isla para buscarlas, desde Guantánamo hasta la Sierra del Rosario, en Pinar del Río.

El sitio se creó completamente gratis: traslado de árboles, de inmensas piedras y todo lo demás ha sido posible gracias a la solidaridad, el amor y el deseo de hacer. Así existe esa institución insignia de la Sociedad Cultural José Martí que tiene todas las categorías por la Excelencia.

Durante el ameno y patriótico recorrido, nos dijo Felo que la UCI ha estado muy vinculada al Bosque Martiano, no solo por las visitas o para realizar investigaciones, sino porque en los inicios del centro, sus estudiantes se graduaban simbólicamente ahí, antes de ir para el Teatro Karl Marx. También, afirma, el rector fundador, Melchor Gil, nos facilitó una grúa para trasladar desde la profundidad donde se encontró, una piedra de ocho o nueve toneladas.

En las conclusiones, la profe Yaisel agradeció la conferencia práctica recibida y aseguró que nos íbamos llenos de amor a nuestra historia y naturaleza, porque estuvimos en un bosque que, como dijera Martí acerca de nuestra República, es con “todos y para el bien de todos”. La despedida, entre poemas de ellos y de nosotros, culminó con una foto entre las banderas cubana y la del Bosque Martiano del Ariguanabo, que reciben y despiden a los visitantes.