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El coronel de la Reserva José Enrique Messana Valdés, ex combatiente en Angola y hoy jefe del Departamento Metodológico de Preparación para la Defensa en la Universidad de las Ciencias Informáticas.

Messana, uno de los tantos héroes de la Operación Carlota

Nancy Pérez Medina |
06 de Noviembre de 2015 / 3:26 pm

El coronel de la Reserva José Enrique Messana Valdés, ex combatiente en Angola y hoy jefe del Departamento Metodológico de Preparación para la Defensa en la Universidad de las Ciencias Informáticas.

La Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) se prestigia al contar entre sus trabajadores con muchos que cumplieron misión internacionalista en Angola y Etiopía, como parte de la Operación Carlota en la que hace cuarenta años y durante más de tres lustros participaron una cifra superior a los 300 mil combatientes y cerca de 50 mil colaboradores civiles cubanos.

Entre esos héroes se encuentra el coronel de la Reserva José Enrique Messana Valdés, actual jefe del Departamento Metodológico de Preparación para la Defensa de esta casa de altos estudios. Como homenaje a todos los que aportaron a la consolidación de la independencia de Angola y a alcanzar la de Namibia, y que también contribuyeron a la liberación de Zimbabwe y a la desaparición del régimen del apartheid en Sudáfrica, Messana Valdés accedió a concedernos una entrevista sobre su experiencia al respecto.

- ¿Cómo ocurrió el planteamiento de la Misión?

- El Jefe del Estado Mayor de la DAAFAR, cuando aquello, el compañero Capote nos planteó la misión. Yo me encontraba de Oficial de Guardia Superior de la brigada coheteril antiaérea autopropulsada, conocida popularmente como “Los cuadrados”, de la cual era el segundo jefe, y nos llamaron al Estado Mayor para plantearnos que el Alto Mando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias había seleccionado a nuestra brigada para participar en la guerra de Angola, como parte de las unidades de refuerzo.

“Lo que ocurrió fue que el Comandante en Jefe había decidido enviar, en el año 1987, a la República Popular de Angola (RPA), unidades de refuerzo por la tensa situación que se creó en ese hermano país.

“La orden fue la participación en la misión de la brigada coheteril en composición completa. Nos informaron que el traslado se realizaría mediante la aviación y varias motonaves; que eran buques de la Marina Mercante. Me fui con el armamento principal, en el barco Onceno Festival.

“Eso fue el 15 de noviembre de 1987, una fecha muy marcada porque otras muchas unidades recibieron similar planteamiento de misión, así como numerosos combatientes y pilotos, inclusive. Teníamos que trasladarnos lo antes posible a la RPA”.

- ¿Qué tareas cumplió en la República Popular de Angola?

- Desde nuestra llegada cumplimos varias misiones, no solo ya como segundo jefe de la Brigada coheteril antiaérea, sino otras. Desembarcamos la técnica, en el Puerto de Lobito, (eso ocurrió después de 16 días de travesía), el 12 de diciembre y ya el resto del personal de la brigada se encontraba esperándonos, incluyendo al jefe.

“Las primeras misiones que cumplimos allí fue la de darle cobertura al resto del arribo de otras grandes unidades de tanques, de artillería, de logística, a ese puerto de Lobito, donde estuvimos unos siete o diez días, aproximadamente. Después nos trasladamos a Benguela con la misma tarea hasta que nos plantearon varias misiones de aseguramiento y de exploración en la profundidad del territorio angolano, en las cuales se iba a dislocar la brigada y otras grandes unidades de tanques que estaban arribando a Angola.

“Esas fueron las primeras misiones que cumplimos y se desarrolló fundamentalmente en la región Cacomda-Caluquembe, que queda en el centro-sur de la República Popular de Angola, punto en el cual cumplimos un grupo de trabajos importantes, sobre todo la de preparación y cohesión del personal en las condiciones de un nuevo teatro de operaciones militares, que demás era muy desconocido para nosotros los cubanos; o sea, que no tenía nada que ver con el teatro de operaciones militares en Cuba.

“Eso nos llevó un poco de tiempo, ahí cumplimos importantes tareas de cohesión combativa, hasta el mes de marzo que entonces sí ya recibimos la misión, después que se iban desarrollando exitosamente los combates de Cuito Cuanavale, a nuestra brigada coheteril, junto con la 80 brigada de tanques y otras unidades, nos plantearon avanzar en la dirección Caconda-Caluquembe-Lubamgo y, por salto, llegar lo más pronto posible, muy próximo a la región Norte de Namibia y con ello crear una agrupación de fuerzas importante, que amenazaría a las principales agrupaciones de tropas sudafricanas que se dislocaban en aquel entonces al Norte de Namibia, muy próximo a la frontera con Angola.

“Y ahí cumplimos todos un grupo de misiones, en la cual nuestra brigada, concretamente en Cahama, un día del mes de abril, tuvo la posibilidad de hacer su primera misión combativa con lanzamientos de cohetes y derribar un avión sudafricano que pretendía bombardear aquella noche de sábado;  y demás sábado de carnaval, en aquel poblado”.

- ¿Qué pasó en Huila y Cunene?

- Esas son las dos provincias fundamentales en las cuales nosotros nos desplazamos, Huila primero, allí fue un lugar de tránsito, fundamentalmente después que salimos de Caconda-Caluquembe-Lubambo, nos estábamos moviendo en Huila; allí seguimos cumpliendo todo un grupo de misiones de protección a las grandes unidades de tanque, fundamentalmente de la 80 brigada, que se desplazaba con rumbo Sur.

“Y Cunene fue el escenario, el teatro de operaciones militares en el cual nuestra brigada cumplió las principales misiones. Ya le comentaba lo que había ocurrido en Cahama; pero ahí no terminaron las misiones de nuestra brigada. Parte de ella se desplazó en la dirección un poco más al Sur y otra fracción, en la que yo me encontraba, nos dirigimos en la dirección Cahama-Techipa; o sea, que le estoy hablando de un punto en el cual se desarrollaron prácticamente las principales acciones combativas en este frente donde nos encontrábamos.

“Tuvimos la posibilidad de enfrentar varias veces con fuego de artillería a la aviación enemiga, que nos hostigaron en numerosas ocasiones. Ahí cumplimos las misiones, además de la propia, como jefe de la  defensa antiaérea en aquella región; también se nos dio la posibilidad de acompañar al jefe de la brigada y a otros jefes en misiones de exploración de profundidad, muy próximo al territorio de Namibia y pude entrenarme en acciones en las cuales nunca pensé que iba a estar.

“Siempre pensé que íbamos a estar en un Puesto de Mando, dirigiendo la dirección de fuego de nuestras unidades; pero bueno, se nos dio la posibilidad de participar en misiones con las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ministerio del Interior, con el Batallón de Tropas Especiales de la Swapo, compañeros combatientes muy aguerridos; y tuve la oportunidad de desempeñarme en esas misiones, que completó prácticamente mi preparación militar”.

- Reconocimientos merecidos

- Creo que, en lo personal, el principal reconocimiento fue el haber recibido el cariño de mis compañeros: de angolanos, de la Swapo, de las Fuerzas de Operaciones Especiales del MININT, que estaban con nosotros. Ese fue para mí el reconocimiento mayor, con independencia de las condecoraciones que recibí por las Fuerzas Armadas por el cumplimiento de las misiones que desarrollamos en ese hermano país.

“En primer lugar, recibimos la Medalla al Valor “Calixto García”, en la cual se resumen prácticamente las principales misiones que cumplimos en condiciones muy complejas de combates, de acciones directas con el enemigo, de haber sufrido el hostigamiento de su artillería, eso realmente para mí fue la principal condecoración, independientemente que recibí también la Medalla como combatiente internacionalista de Primera Clase, la Medalla por la victoria Cuba-RPA y la distinción Servicios Distinguidos, por acciones combativas también contra la aviación enemiga.

“Pero repito, el principal reconocimiento fue que mis compañeros, incluso después de haber terminado tempranamente, porque hay que decirlo que no cumplí los dos años de mi misión allá aunque se me reconoció el cumplimiento de la misión, me recuerdan; y varios de ellos, que han escrito libros, me han incluido en ellos y aprecio el cariño con el que redactaron esos textos sobre mi persona”.

- ¿Cuáles fueron los peores momentos?

- Hubo dos momentos muy duros, el primero de todos, ya directamente en la región de Techipa, fue el haber perdido varios compañeros en acciones combativas, compañeros muy valiosos, oficiales, algunos soldados, con quienes compartimos las primeras horas de la mañana y en horas de la tarde dejamos de verlos, por lo menos con vida, físicamente, para seguir cumpliendo las misiones; esos fueron momentos muy dolorosos, que no fueron uno ni dos, fueron varias veces.

“Un segundo momento, y para mí más doloroso, fue cuando teníamos la orden de nuestro Comandante en Jefe de apoderarnos de territorios muy próximos a la frontera con Namibia, específicamente cercano a la hidroeléctrica Roca-Caná, en el cumplimiento de una misión, nuestro transportador blindado accionó una mina y ahí fuimos heridos cinco compañeros de gravedad y prácticamente yo vi terminada mi misión ahí. Por la gravedad de las heridas, siempre pensé que me iba a ocurrir lo peor, pero tengo que reconocer que los servicios médicos que nos acompañaron en aquel entonces y los que recibí posteriormente aquí en Cuba fueron capaces de restablecerme, después de estar ingresado en un hospital más de ocho meses.

“Fue para mí realmente doloroso porque yo quería haber regresado a Cuba con la misma unidad que fui para allá, para Angola, mi brigada, y las cuestiones de la guerra me impidieron eso. No obstante cumplí la misión, me condecoraron; pero no dejo de destacar que para mí fue doloroso que me ocurriera eso, que no estaba en mis planes, ni mucho menos. Yo nunca pensé que mi final de misión iba a ser de esa forma y no de otra: terminar y venir para Cuba con todos mis compañeros.

“Son dos cuestiones que me marcaron sobre aquella misión en Angola”.

- ¿Qué significan esa bandera y esa banda con las siglas del MPLA?

- Esta bandera que tengo aquí a mi derecha y esto que está frente de mí (señala) fue un regalo que me hicieron, prácticamente estando de tránsito hacia Cuba. Recuerdo que fue como resultado de una visita que nos hiciera en el hospital el jefe de la Defensa Antiaérea Angolana, que se enteró que habíamos un grupo de compañeros allí de tránsito para Cuba, y me obsequió en un sobrecito estas dos cosas, muy significativas para ellos y para mí también.

“Y estando ahora inmersos en los festejos por un aniversario 40 de nuestra misión, de la Operación Carlota, concretamente, forman parte aquí de mi oficina y un recuerdo más también de aquellos momentos. Te estoy hablando que esto me lo obsequiaron el día… (busca en sus recuerdos) o el 3, o el 4 de agosto del año 1988″.

- ¿Cuál sería su actitud si tuviera que repetir la experiencia?

- Ojalá no se tenga que repetir, yo hago votos porque esta experiencia no se repita. Realmente fue muy doloroso para todo el pueblo de Cuba, para nosotros, el estar en un frente de combate allá, tan lejos, a más de 14 mil kilómetros de Cuba; pero si llegara la ocasión y nos plantearan la misión estaríamos dispuestos también a hacerlo, mejor incluso, con más experiencia que aquellos años 87-88, en los que nos desempeñamos en ese hermano país.

Lo dejamos lleno de recuerdos en su oficina, donde los afiches lo definen: “Al llamado de la Patria, ¡Presente!”,  “Aquí no se rinde nadie. Juan Almeida”, “No se puede dirigir, si no se sabe analizar”, y “Primero mi honor, después la vida. Antonio Maceo”.