Otra fiesta para el arte desde la UCI
La UCI sirvió de sede este martes al Festival Provincial de Artistas Aficionados de la FEU en la modalidad de artes plásticas.
Desechos que cobran vida y recuperan la belleza, la vida y la muerte enfrentadas a través de un juego, una pasarela sui generis que promueve valores diferentes a los del mundo de la moda, todo esto y mucho más convergiendo en un mismo espacio: el Festival Provincial de Artes Plásticas.
Fue en uno de los salones de recreación del Docente 6, donde en total complicidad entre artistas y público nació esta sinergia. Las paredes se vistieron con cuadros, el suelo se transformó en alfombra para quienes buscaron en él una forma de expresión.
Todas las esquinas recubiertas con diferentes piezas… fotografía, pintura, arte digital, dibujo, caricatura, grabado, esculturas e instalaciones. Simbiosis de colores, pero sobre todo y en todas partes: arte. Ese fue el denominador común en esta tarde. El objetivo era comunicar mediante diferentes formas, recursos, estilos, pero siempre una misma intensión: comunicar.
Más de un centenar de obras fueron expuestas en esta ocasión. Apenas unos pocos pasos y al entrar ya era obligada la pausa, solo para comprobar que ya no son necesarias las orugas. Sí, tal y como lo digo, pues de un viejo pedazo de plástico también pueden nacer las mariposas. ¡Díganme si acaso no es una genialidad! La idea fue de Tania Cruz, estudiante de 5to año de Ingeniería Civil de la CUJAE.
Un tablero por medio, esa era la única distancia que separaba a dos viejas antagónicas. La vida y la muerte se debatían en un duelo, pero esta vez de ajedrez; recordándonos a todos el frágil equilibrio entre una y otra etapa de nuestras mortales existencias. La obra es de una muchacha de cuarto año de la Facultad 6, su nombre es Carmen Bolívar y nos confiesa estar muy contenta de haber clasificado al Festival.
Y así fueron transcurriendo el tiempo, entre alegrías y asombros, entre novedades y recuerdos, entre la complicidad de una tarde que se desvistió completa para regalarle sus mejores minutos al arte, hecho precisamente por un aficionado.