Cuando un niño es feliz
No estuve allí, pero las anécdotas que me cuentan los muchachos calientan no solo las caritas de estos niños, sino al ente terrenal más despistado y afligido. Me alientan a hablar de quienes más saben querer, de maestros, desahogos y los derechos.
Hace unas semanas, estudiantes y profesores de la Facultad 6, visitaron la sala de Pediatría del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología en La Habana.
Un total de 44 compañeros de diversas áreas de la facultad, realizaron un valioso aporte monetario y material para los niños de esa institución. Asimismo, trabajaron en un minihuerto que tiene el hospital dedicado a los pacientes.
Narra el MSc. Yoenis Pantoja, el profesor de la idea o proyecto “Esperanza” , que la sala de Pediatría del Hospital Oncológico contaba en el momento de la actividad con 21 niños, entre ingresados y ambulatorios, todos en un estado de salud delicado.
Imaginé por momentos a aquella niña del cuento que venía con la cabecita baja como si le costara el andar. Quise explorar la expresión de los muchachos que estuvieron allí. Y nada de lo observado era simple. Pero los niños y sus familiares tanto como el personal médico mostraban un goce especial mientras los payasos le alaban el contento interior.
Los niños aquejados de cáncer existían. Podía ser de otra manera y lo fue. Nuestros muchachos estaban ahí para suavizar su dolor. Y ¿qué interés entonces tienen los problemas de la vida contemporánea?
El niño cubano necesita disfrutar de un “Amanecer feliz”. Los de este mundo vejado quieren y tienen derecho también a amar la vida, asirse a ella sin leyes extraterritoriales, ni bloqueos políticos ni almas aberradas que le amordacen la risa.
Vuelvo a cavilar en la educación y los derechos en Cuba, amontonados, como los caramelos caídos de las piñatas y que los niños escogen según su agrado. Y tengo que detenerme a pensar en la generosidad y el alto sentido humanista de toda la gente que comparte el bien.
Eran pilares los estudiantes y profesores de la Facultad 6 que vi llegar como la niña que entregó sus zapatos a quien dormía con la piel ardiendo en el oscuro cuarto.
Mi Cuba es grande. Quizás por eso tus hijos te honran de una forma tan peculiar. Y sea la razón justa por la cual yo te redescubro y no quiera, ni pueda olvidar, cuando un niño es feliz.
Sus actividades fundamentales, que constituyen un homenaje a la creación de las organizaciones de Pioneros OPJM y de la UJC, están dirigidas a la promulgación de la cultura. De este modo, los profesionales de la Universidad consolidan el intercambio con la comunidad y estrechan la colaboración con el Policlínico “Ernesto Guevara” de la UCI, con la escuela primaria “Desembarco del Granma” en Murgas y con el círculo infantil “El soldadito valiente”, en El Morao, ambos pertenecientes al municipio de La Lisa, aquí en La Habana.
Este contacto social de los universitarios sin dudas ha despertado la imaginación, la solidaridad y el afecto especial hacia los niños y ancianos.
“Esperanza” es un proyecto extensionista que nació en marzo de 2011 en el Departamento de Programación y Sistemas Digitales de la Facultad 6, por idea del ingeniero Yoenis Pantoja Zaldívar, jefe del Departamento. El proyecto está integrado por 21 profesores y 10 Alumnos Ayudantes de nuestra Universidad.